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José Manuel Ponte

inventario de perplejidades

José Manuel Ponte

Sobre ahorros electorales

Desde que es presidente del gobierno de la Xunta de Galicia, el señor Núñez Feijóo, ha hecho coincidir las elecciones autonómicas gallegas con las del País Vasco. Lo hizo en el 2012 y lo ha vuelto a hacer en el 2016 lo que algunos observadores interpretan como una especie de vasallaje político, ya que se da aparente prioridad a los dirigentes euscaldúnes para escoger la fecha de celebración de los comicios a su conveniencia particular, que no tiene por qué ser la misma que la de los rectores de la Xunta.

Y lo cierto es que, no es así exactamente porque cuando el señor Feijóo resultó elegido por mayoría absoluta el año 2009 el encargado de convocarlos fue el señor Touriño un socialista que gobernaba en coalición con el BNG del señor Quintana, y el que se unió posteriormente al carro electoral fue el lehendakari Ibarretxe, aquel aficionado al ciclismo que pasará a la historia de la España contemporánea como autor del famoso plan de su mismo apellido. Por lo tanto, habrá que pensar que si el señor Feijóo hace coincidir los comicios gallegos con los vascos lo hace por otros motivos, entre los que no cabe descartar la superstición, esa creencia irracional a la que los gallegos damos enorme importancia. Al fin y al cabo, siempre que tal circunstancia se dio él consiguió ganar por mayoría absoluta, una necesidad imperiosa en el caso concreto del PP porque ni en Galicia ni en ninguna otra parte de España ese partido consiguió nunca gobernar en coalición con otros (excepción hecha de ayudas parlamentarias puntuales como fueron el pacto del Majestic entre Pujol y Aznar y el que permitió gobernar en solitario a Patxi López en el País Vasco durante un cierto tiempo). Y este año, la batalla electoral se plantea en los mismos términos que en ocasiones anteriores, con el PP ante la obligada tarea de ganar por mayoría absoluta y el resto de la oposición ante la complicada peripecia de formar una coalición de gobierno estable entre el PSG, el BNG, las llamadas Mareas, Podemos y Ciudadanos. En algunos medios afines al actual presidente de la Xunta he podido leer curiosas interpretaciones al adelanto electoral. Unas lo justifican en base a un patriótico ahorro de dinero público, ya que por lo visto dos elecciones autonómicas en el mismo día cuestan menos dinero al Estado que si se celebran por separado. Y otras, en razón de evitar comentarios insidiosos sobre una supuesta ambición de Núñez Feijóo a suceder a Rajoy, si este fracasase en su intento de ser investido presidente del gobierno español.

El que esto firma no está muy enterado de los intríngulis de la política regional y no tiene por tanto motivos para dudar de que no sea cierta la ambición del presidente de la Xunta de sustituir a su jefe de filas. Por otra parte, es un asunto muy antiguo, se ha comentado muchas veces e imagino que el señor Rajoy está perfectamente informado de la conspiración y sabrá cómo guardarse las espaldas. En cuanto a lo del ahorro, no sé qué decir, pero invito al señor Feijóo (si es que vuelve a tener la oportunidad) a hacer coincidir las elecciones gallegas con las de Asturias. Queda más cerca que el País Vasco.

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