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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Los Consellos

A primera vista, y sin juicio previo de intenciones -lo que, en víspera electoral, es siempre difícil-, el anuncio que acaba de hacer el portavoz del PPdeG en el Parlamento resulta esperanzador. Porque se trata nada menos que de dotar al Consello de Contas de capacidad para intervenir con eficacia en la investigación de posibles casos de corrupción, y a fe que suena a gloria en tiempos que, como estos, apenas tienen día sin que salte una de esas liebres.

Es verdad que la idea choca -al menos de costado- con el hecho de que ese Consello, como otras instituciones estatutarias, carece por ahora de poder ejecutivo, y habrá que ver si la reforma que propone el señor Puy cubre ese hueco. Y también parece cierto que, en desarrollo como está una enorme campaña judicial en apariencia destinada a poner orden las Administraciones, debería bastar para contener primero y reducir después las muchas presuntas corruptelas que aquí se dan.

(Se sugiere alguna duda acerca de la finalidad de la ofensiva judicial no por desconfianza hacia los tribunales, sino por las palabras -y los hechos- de no pocos personajes públicos o sus colegas. En Andalucía, además, dirigentes del PSOE habrían maniobrado para sustituir a la jueza Alaya, que instruía las causa de los ERE y otros escándalos, y en Galicia hay declaraciones que sugieren "motivos políticos" en las investigaciones.

Cierto que el oficio -público- está devaluado, pero a veces lo que se dice desde sus filas da que pensar. Y, para ser justos, ha habido y hay casos tan extraños que casi obligan a dudar aunque se trate solo de apariencia. Y en ello debería meditar a quien corresponda, que en este caso es el CGPJ, siquiera para dar tranquilidad a quienes creen en el Estado de Derecho, que son una inmensa mayoría.)

Dicho todo ello, conviene recordar el refranero, especialmente cuando avisa de que quien mucho abarca poco aprieta. Y la iniciativa del PPdeG acerca del Consello de Contas podría tener efecto contraproducente al crear lo que alguno llamaría "confusión orgánica". Aparte de que habrá que estar a lo que se concrete en el proyecto, porque Contas, como los demás Consellos y algunas instituciones trabajan bien, pero para nada o muy poco al carecer sus resoluciones o puntos de vista de otra fuerza que la moral. Y por desgracia, esa de poco vale.

Es por eso que, insistiendo en que se trata de una opinión personal, el señor portavoz del PPdeG debería quizá dar un paso más y una de dos: o dotar a esos Consellos de fuerza ejecutiva o proponer nuevas fórmulas, sin descartar una reforma del Estatuto. Porque de adornos está ya bien servido este antiguo Reino.

¿O no...?

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