Entre los regalos que se llevó Mr. Marshall en su visita relámpago a España figuran un ejemplar de "El Quijote" que le regaló el Rey, otro sobre la Brigada Lincoln dedicado por el cursi de Pablo Iglesias con un par de faltas de ortografía y un jamón pata negra. Todos ellos, incluidos los errores ortográficos, se supone, viajaron en el "Air Force One" que despegó de Torrejón tras la intensa entrevista de tres minutos mantenida con los líderes de la oposición. Si hubiera estado Revilla lo habrían hecho también un par de latas, al menos, de anchoas del Cantábrico.
Uno tras otro, Iglesias, Sánchez y Rivera, fueron despachados con suma cordialidad aunque las fotos seguramente no pasarán a la historia. Tampoco los contenidos porque en tan poco tiempo no se pueden intercambiar demasiadas impresiones, mucho menos las que los interlocutores de Obama quisieron transmitir a los periodistas una vez que el avión presidencial volaba en viaje de vuelta con el jamón de bellota a bordo.
Según Iglesias, por ejemplo, el más prolijo, la charla de apenas tres minutos giró sobre la Brigada Lincoln, asuntos europeos, el "Brexit" y la admiración que profesa al senador demócrata Bernie Sanders. No se habló del tiempo. Sánchez la dedicó al baloncesto, un deporte del que, al igual que Obama, es aficionado. Rivera le explicó la situación política española y confesó que tenía muchas ganas de asistir a la convención demócrata.
Más tarde, Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz de Libres e Iguales, pilló a Iglesias en un renuncio al escribir en la dedicatoria del libro brigate en vez de brigade, y trasmite en vez de transmit. Lo denunció en un tuit. Así es la política española. El jamón llegó en buen estado a Washington y no tuvo problemas en la Aduana.
