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El nuevo poder de la Metrópoli

Los estados de ánimo cambian de repente con la aparición de un término milagroso que súbitamente nos sacamos de la chistera política: la expresión "tratamiento de capitalidad". Parece como si una nueva igualdad de trato entre la Xunta-Área Metropolitana de Vigo pueda resolver el funcionamiento institucional de una compleja maquinaria metropolitana. Menos mal que corren nuevos tiempos en los que el AMV puede tener definiciones unitarias de servicios y financiaciones específicas de las que hoy carece.

Descarto la idea de que alguien apoye el Área sólo para sustanciar fondos económicos. Bajo el franquismo se aprobaron regímenes singulares para ciertas ciudades sólo por el ingreso económico que ello suponía. El sistema creaba las herramientas jurídicas necesarias -muy conservadoras, por suouesto-, y el Estado suplía con sus ayudas económicas ciertas necesidades capitales. El Estatuto de capitalidad lo han conseguido algunas ciudades y recabaron unos dineros a través de sus comunidades, otras jugaron al doble papel con sus Diputaciones. Madrid, como otras capitales europeas, se reafirmó hace tiempo en una Ley de Capitalidad especial para reclamar más subvenciones del Estado. Son viejas formas de hacer política.

El caso del AMV no es el de otras ciudades españolas que buscan el reconocimiento de capitalidad para conseguir más recursos económicos. Aquí se trata de conseguir un repertorio de facultades de una gran área metropolitana que necesita tener los instrumentos con los que ejercer el proceso, desarrollo y mejora de los catorce municipios, y los que vengan, con lindero territorial y sin él. Es decir, Vigo y su metrópoli necesitan una Ley con contenido instrumental, que abra la puerta a consorcios públicos y gestión de los frentes sectoriales necesarios. De lo contrario el AMV estará supeditada al color de la corbata municipal. Afortunadamente el señor Méndez Romeu ya no será el Vicepresidente que anule el AMV, como lo hizo en tiempos pasados.

No es tanto el tratamiento de capitalidad como que esta Ley, que será llevada al Parlamento de Galicia en breve, va ser aprobada en barbecho por su contenido yermo. Porque esta Ley se aprobará con todos los votos, pero será una Ley insuficiente. Todo hace indicar que tras las elecciones autonómicas podría haber un nuevo estado de entendimiento, que logrará impulsar una nueva mayoría que llene de contenido la Carta Magna de la metrópoli viguesa. Ahora toca esperar el resultado de las elecciones autonómicas, pero sigue siendo el momento de estudio de contenidos.

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