Fiestas como las del mejillón, la navaja, el pulpo, la xoubiña, la vieira y todo tipo de productos del mar. Pero también rutas de senderismo, competiciones deportivas al más alto nivel, yacimientos arqueológicos, paisajes inigualables, romerías, conciertos, espacios naturales privilegiados y todo tipo de actividades, elementos o acontecimientos forman parte de la oferta turística en O Salnés (Arousa Sur) y Barbanza (Arousa Norte).

La mayor parte de las actividades, campañas promocionales y servicios se prestan u organizan a través del ayuntamiento de turno, entidades socioculturales o instituciones como las Diputaciones y la Xunta, pero casi siempre pueblo a pueblo, parroquia a parroquia.

De este modo, es cierto, se conserva la identidad de cada villa, cada puerto o cada rincón de ambas comarcas. Pero también lo es que se pierde una oportunidad importante de promoción mundial, porque los recursos no son siempre los adecuados y porque solo la unión hace la fuerza.

¿Alguien puede imaginarse qué pasaría si las dos comarcas bañadas por la ría hicieran una promoción conjunta y potente de Arousa como destino global? ¿Acaso de igual modo que se vende el destino Rías Baixas no podría venderse el destino Arousa? ¿Cuál sería el techo de la hipotética unión de fuerzas entre los municipios de las dos orillas? ¿Cuántas zonas de Galicia o incluso de España podrían equipararse y competir con la oferta arousana?

A uno se le antoja que en materia turística superar los localismos y apostar por la ría sería la mejor solución posible en una sociedad cada vez más globalizada.