La fortaleza mental es el conjunto de factores y componentes de personalidad que llevan a la gente a conseguir las metas y los objetivos incluso en situaciones muy difíciles, y en escenarios en los que hay que tomar decisiones arriesgadas. Las dimensiones de personalidad que poseen las personas con fortaleza mental, son entre otras, las vivencias y experiencias que la gente haya tenido y que le han marcado para ambicionar su motivación de logro.
Las expectativas y sueños que configuran la fuerza necesaria para conseguirlo. Control emocional y afectivo para mantener un estado de ánimo equilibrado, y que le permita al sujeto una tenacidad y perseverancia hacia los objetivos. El desarrollar una alta motivación que transforme prioridades y valores, dirigido todo hacia la consecución de sus sueños.
Concentración, es un poder para centrar la atención de forma mantenida en una meta, unos logros, una dirección. Decisión, es la capacidad para elegir unos objetivos, claros y continuados en el tiempo. Confianza en sí mismo y seguridad, siendo conocedor de sus cualidades y estar la persona convencida de ellas. Autodeterminación, capacidad para controlar la vida de uno y el destino. Autoestima, para valorarse y concederse prioridades para trabajar en las propias metas, sin sucumbir a los estímulos del entorno. Resiliencia, capacidad para resistir el estrés y las embestidas de la vida, manteniendo en perspectiva los objetivos que se haya marcado. Conocimientos, para ir creándose un ambiente que facilite el desarrollo de un contexto favorable para desarrollar el trabajo.
Cuando se desea y se ha decidido firmemente alcanzar una alta fortaleza mental, se necesita una dedicación con plena intención. Ahora y siempre, actitud mental positiva! Tener paciencia, es la esencia de prácticamente todos los aprendizajes. Estar preparado para superar los fracasos y no decaer en el camino, lo importante es aprender de los errores como si fueran una lección. Recordar lo aprendido y olvidarse del fallo. Diseñar cada día pequeños pasos, la clave es la práctica diaria. Comprender que es un proceso y se van desarrollando las sucesivas fases, así se puede ir estando tan seguro de que continuando siempre, será aprendido. Valorar lo que se va alcanzando, este es el impulso para el siguiente paso. Generar cada día la particular motivación, estando seguro de que lo que se trabaja de forma continuada, lleva a conseguir las metas.
Mentalizarse, es muy fácil, un poco cada día. Si se trabaja para desarrollar la fortaleza mental, hay que tener la convicción y la certeza de que "ya está en la mano". Por supuesto, es la vía más segura para conseguirla. Y es precisamente la clave para todo lo que se desea en la vida. Con la autoestima y seguridad, componentes esenciales, las personas se habrán convertido en un ser más flexible, con su mente más amplia, que les permitirán tener sensibilidad y nobleza. Y esas cualidades irán complementadas con otras dimensiones de la fortaleza como son la determinación y el apasionamiento. Todo ello combinado con el respeto a los demás. Especialmente resalta en las personas así, su tenacidad y perseverancia, siempre, siempre, continúan hacia adelante, hacia su meta, su objetivo, sus pasiones, sus sueños. Ahora saben que tienen muchas ventajas ya que con su poder siempre sabrán navegar por lo que los océanos de la vida les deparen. Y lo más interesante, ante los mejores momentos, los positivos, todas las personas están preparadas, sin embargo lo más destacado es que ahora los sujetos están marcando una excepcional diferencia, y es que una persona con fortaleza mental, está preparada para afrontar incluso situaciones muy complejas, y resolverlas con éxito. Todos los que lo han conseguido, son triunfadores, al fin, con ese don, esas aptitudes, su fortaleza mental, descubrirán ante sí que aquello que siempre habían deseado, sus metas, sus sueños, sus objetivos, se han convertido en realidad.
(*) Psicóloga
