En O Morrazo sabemos llorar estupendamente bien. Nuestras plañideras -vai chorar a Cangas- son antológicas. Lo que no se recuerda con el cliché es que para que se active el llanto de las choronas alguien debe morir primero. Y la compañía pesquera, de congelado, elaboración, trading y comercialización Fandicosta no está muerta. Así que dejemos el pésame porque ni Ángel Martínez (su presidente), ni su staff directivo, sus trabajadores directos e indirectos, proveedores y clientes no admiten duelo. Lo que van a agradecer es ayuda.

En tiempos de Manuel Fraga, muy bien avenido con José Fernández López, la Xunta impidió una OPA de Unilever sobre Pescanova con una subvención de 7.000 millones de las antiguas pesetas. Estoy convencida de que el presidente de Fandicosta, que levantó e hizo grande la compañía con fondos propios, no aceptaría una chequera. El riesgo en 1995 era la venta de la marca comercial y la pérdida de la sede del coloso de Chapela; el riesgo ahora es que la parsimonia burocrática zancadillee la recuperación de una empresa que nació, creció y se afianzó sola.Las administraciones tienen numerosos mecanismos para acelerar un proceso que será lento y para facilitar la travesía de los 250 trabajadores fijos que afrontarán una solución a lo Campofrío: un expediente de regulación temporal de empleo.

Si lo que quieren -y dicen que quieren- las administraciones públicas es primar la industria, per se multiplicadora de riqueza, tienen en Fandicosta un buen receptor de programas de financiación asequible, un merecido acreedor de la intervención de las autoridades laborales competentes para acordar rápidamente un acomodo temporal para su plantilla. Galicia no puede permitirse el lujo de perder por un infortunio la séptima mayor industria pesquera del país cuando en el pasado se actuó de oficio en favor de empresas que tropezaron en su mala gestión. No es el caso de Fandicosta y no sería un buen precedente.Así que, si venían dispuestos a quedar bien en un velatorio copioso, ya pueden quitarse el luto y ponerse el delantal.