La Diputación promociona que el "Mestre composteiro" tenga reconocimiento universitario y parece que esta gestión ha logrando la rápida aceptación de la Universidad de Vigo cuyo rector se ha mostrado de acuerdo con este planteamiento. De hecho la Universidad ya colaboró con la Diputación en esta primera edición de la "Facultade de Compostaxe".
Con un curso de dos meses los alumnos han superado la primera promoción y han recibido sus correspondientes diplomas, precisamente de manos del rector Mato.
Nada que objetar al nivel de estudio que se quiera implantar, pero contrasta esta ágil gestión y todas las facilidades puestas sobre la mesa con la situación de alumnos de otros centros que siguen buscando su catalogación universitaria después de años de demandas.
Es el caso de la Escola de Canteiros, también dependiente de la Diputación, que todavía está esperando que se le reconozca su título de "Maestro Canteiro" por el que vienen suspirando desde hace lustros. En los últimos meses la presidenta de la institución provincial Carmela Silva se implicó con la gente que allí se forma en la búsqueda con la Xunta de encontrar una categoría profesional que avale estos estudios. Sin embargo, la promesa y el compromiso sigue sin hacerse realidad, a pesar de que la Escola de Canteiros está considerado, incluso por el Ministerio de Educación: un centro único por la excepcionalidad de sus enseñanzas, por la calidad de su formación, por su íntima vinculación con la conservación del patrimonio y por su labor en dar continuidad a un oficio señero en Galicia.
Otro ejemplo de falta de reconocimiento que exaspera al alumnado es el de la Escuela de Restauración que lleva reclamando el título de Grado, sin éxito alguno, a pesar de tener su sede en la facultad de Bellas Artes y estar gestionado por la Universidad de Vigo.
Y otro tanto ocurre con la Escuela de Moda de Galicia, Esdemga, a la que tampoco se le reconocen los años de estudios con un título universitario.
Así pues, cabe felicitar a los "Mestres composteiros" , pero a su vez hay que lamentar que no exista la misma sensibilidad con otros centros con más antigüedad y, sobre todo, con más reconocimientos.
