A pocos días para el arranque de la Semana Santa el sector turístico gallego miramos las previsiones meteorológicas, sabedores de que estamos en unas fechas caracterizadas por las reservas y los cambios a última hora. Pero las sensaciones generales son positivas y todo apunta a que nos encontraremos con buenas cifras de ocupación por encima de años anteriores, concentradas en su mayoría en los días más fuertes de Semana Santa, de jueves a domingo. De hecho hace unos días se publicaba que Galicia junto con Cataluña se situaba como destino preferido en España para esta Semana Santa, según una plataforma de reservas de viajes on line, que señalaba las Rías Baixas y la Costa da Morte como principales focos de atracción del turismo durante estos días a los que hay que añadir los más clásicos de Semana Santa, como Ferrol, A Mariña o Santiago.

Sin duda estas buenas previsiones, que también se esperan para el verano, vienen dadas en parte por la actual coyuntura global en la que la inestabilidad de países como Turquía o del norte de África, que tradicionalmente han sido polo de atracción turística, han permitido el trasvase de un importante número de viajeros. Las cifras han sido muy positivas tanto para España como para Galicia, que ha batido records en recepción de turistas situando a nuestra comunidad autónoma como la de mayor crecimiento en número total de viajeros del conjunto del estado en 2015.

Esta coyuntura propicia para nosotros nos plantea ahora una oportunidad única para darnos a conocer, para captar nuevos flujos de visitantes hacia Galicia y, sobre todo, para situar a nuestro territorio en el imaginario del viajero. En nuestras manos como sector está hacer que este incremento coyuntural se consolide ofreciendo a los visitantes experiencias únicas que nos permitan fidelizarlos para el destino Galicia.

Pero para ello todo el sector debe trabajar de forma coordinada, aunando esfuerzos entre las diferentes administraciones y escuchando al sector para trabajar de forma coherente y con un proyecto de futuro a largo plazo que nos permita establecer objetivos a medio y largo plazo. El objetivo de este año lo fijamos el sector y la Xunta en la pasada edición de Fitur en los 5 millones de turistas. Pero esta cifra encierra mucho más, no se trata de alcanzar una cifra simbólica, sino de trabajar por consolidar al turismo como el elemento vertebrador de la economía gallega que ya es, puesto que supone el 11% de nuestro PIB.

Debemos, pues, trabajar por modernizar y profesionalizar más nuestra oferta turística, seguir desarrollando una oferta turística diferenciada y de calidad, que nos permita mejorar la cifra de viajeros pero también la rentabilidad de las empresas del sector. Y debemos hacerlo de forma coordinada en todo el territorio, promoviendo los productos turísticos que nos hacen únicos como el turismo náutico, el activo, el enoturismo, el gastronómico, el cultural... todos ellos bajo el gran paraguas que es el destino Galicia.

Tenemos por delante aún muchos retos para consolidar este crecimiento como la estancia media del visitante, que afecta a muchos destinos turísticos por el cambio en los hábitos de consumo del turista, pero también la necesidad de seguir incrementando nuestra visibilidad en los mercados internacionales. En este sentido, jornadas como el II Encuentro Clúster Turismo de Galicia que se celebró esta semana en Vigo en torno a la comercialización del destino Galicia nos permiten a los profesionales tomar contacto directo, entre otros, con los responsables de las oficinas de turismo en mercados tan relevantes para nosotros como el británico, alemán o estadounidense. Además, nos permite conocer herramientas que las nuevas tecnologías ponen a nuestra disposición para ser más competitivos y mejorar nuestro posicionamiento y visibilidad on line, algo vital en un mercado global como el actual.

Esta coyuntura de un mercado globalizado y tan competitivo como el actual nos obliga a cambiar el discurso y no hablar solo de ingresos, es importante hablar de modelos de negocio rentables y sostenibles, cuidando especialmente la presión turística en destinos maduros como el de Rías Baixas para seguir garantizando el mantenimiento de una de nuestras señas de identidad, el patrimonio natural y paisajístico del que gozamos en Galicia.

Solo desde la creación y mantenimiento de estrategias consensuadas con el sector a medio y largo plazo podremos trabajar para crear destinos inteligentes y eficientes que nos permitan crear un modelo de negocio de futuro para el sector turístico gallego.