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Las dudas de Feijóo

Las dudas hamletianas de Feijóo pueden estar a punto de resolverse

| Las dudas hamletianas de Feijóo pueden estar a punto de resolverse. "En los próximos días", ha dicho él mismo. Sabremos entonces si optará o no a un tercer mandato en la Xunta. En el PPdeG nadie dice saber lo que hará el jefe, pero todos quieren que se quede. Se lo imploran. No hay un candidato mejor que Feijóo y no hay tiempo para buscar y lanzar un relevo con posibilidades, que no garantías, de victoria. Este es el argumento que más se escucha en las filas populares. "Ya hemos dicho por activa y por pasiva que es el mejor candidato y lo hemos dicho todas las primeras filas del PPdeG, en consecuencia, cualquier otro cabeza de cartel será peor que Feijóo. ¿Cómo se lo vendemos ahora a la ciudadanía?, se pregunta un dirigente, convencido de que no hay otra opción que la continuidad de Feijóo.

Además no es cualquier cita electoral. El PP se tambalea en España, no tiene garantías de seguir gobernando y Galicia es la única mayoría absoluta que tiene en una comunidad. No la puede tirar por la borda. No puede arriesgarse a perderla. Génova ya le dicho que quiere que vaya a por un tercer mandato. ¿Puede Feijóo, que siempre ha sido leal a su partido, desoír a la dirección nacional y al clamor de los suyos?

En el PPdeG confían en que Feijóo, consciente de su deber, aparque la aventura en la empresa privada y su convencimiento de que dos mandatos son suficientes. Que se atreva a intentar una tercera mayoría absoluta porque sin él será peor. "34, como mucho 36 escaños, sin Feijóo", aventura un dirigente del PP.

Los populares buscan argumentos para convencerle: "Feijóo gestionó los recortes y la miseria, ahora tendría la oportunidad de manejar un presupuesto expansivo, y no solo decidir que ayudas eliminar". "Feijóo es un político de raza y le tiene que tentar batirse contra la Marea y ganarle. Su victoria después del 20-D sería un espaldarazo a su trayectoria. No habrá quien le tosa en Madrid", apuntan a modo de persuasión y recuerdan la beligerancia de Feijóo contra la nueva política, que, según sus propias palabras, prefiere un tuit ingenioso a un presupuesto riguroso.

En el PPdeG aguardan que Feijóo se dé cuenta de que están atados de pies y manos, no pueden buscar un relevo porque no saben si lo necesitan y mientras el presidente no resuelve sus dudas, el partido permanece en stand by. "Y eso no es bueno, deberíamos estar preparando la dura contienda electoral que se nos avecina", sostienen.

Feijóo alargó tanto su indecisión, estiró tanto los plazos, quizás anhelando una oportunidad en Madrid que al final no llegó, que ha quedado atrapado en su propia estrategia. Su partido depende de él. Además, sus dudas puede haber quien las interprete como que la Xunta no era su primera opción, que su verdadera ambición era otra. Ya se encargará la oposición de remarcar que Galicia era el plan B de la Xunta. ¿El que siempre ha proclamado que no hay nada mejor para un gallego que ser presidente de la Xunta por qué duda tanto ahora? "Porque sabe que ni él tiene garantizada la mayoría absoluta", sostienen desde la oposición. Y ahí es donde buscan su oportunidad PSdeG y Marea.

| Los socialistas acaban de soltar lastre con la salida definitiva de José Ramón Gómez Besteiro de la secretaría xeral, tras haber renunciado inicialmente solo a ser candidato a la Xunta. Su permanencia al frente del PSdeG era insostenible. Besteiro, con diez imputaciones judiciales, es víctima del momento político y del fuego cruzado contra Pedro Sánchez. ¿Quién iba a decir que Rita Barberá sabía quien era el secretario xeral del PSdeG? ¿Desde cuándo le preocupa al PSOE andaluz lo que pase al PSdeG?

El PSdeG no llega en las mejores condiciones a la carrera electoral pero confía en tocar poder.

Por ello, se ha autoimpuesto el silencio y la prudencia a la búsqueda de candidato. Busca un aspirante con gancho ante la ciudadanía, un currículo que pueda batirse con Feijóo, si al final se presenta, pero también que suscite cierto consenso entre las familias y corrientes internas del PSdeG. Es la cuadratura del círculo.

El PSOE también se juega mucho en estos comicios. Serán con los vascos los primeros que se celebren tras el 20-D y el Euskobarómetro prevé que el PSOE pase a ser cuarta fuerza y pierda siete escaños. Ahora es la tercera fuerza en Euskadi. La razón del retroceso es la irrupción de Podemos con 19-21 escaños, que también le pegaría un buen bocado a EH-Bildu, que se dejaría 8 escaños y la segunda plaza, que cedería al partido morado. Así son más fáciles de entender los guiños de Pablo Iglesias al "preso político Otegi".

El PSOE, gobierne o no al final España, no puede permitirse en las dos próximas contiendas electorales un severo correctivo de los ciudadanos. Y en Galicia aún tiene opciones de tocar poder, lo que resulta imposible en País Vasco, aunque sea desde una vicepresidencia.

| A ocho meses de las elecciones tampoco En Marea tiene candidato. La elección no se prevé fácil. Se detectan fuertes tensiones entre los socios de la coalición, que a buen seguro se trasladarán a la designación del candidato. ¿Por qué? Porque tienen opciones de colocar al próximo presidente de la Xunta.

En las dos últimas semanas se ha evidenciado que Beiras (Anova) se ha quedado solo en su demanda de convertir En Marea en un partido en caso de repetirse las elecciones generales para garantizar grupo parlamentario propio. Beiras tiene razón, y si Podemos y EU le ponen pegas, ¿por qué no comparten el objetivo? Se entiende en Podemos. Evitaría la fuga de seis diputados de su grupo parlamentario, pero, ¿EU ya se ve corriente de Podemos y sirve a sus intereses? ¿Solo Anova se creía lo de Galicia, sujeto político propio en el Congreso?

Podemos y EU parecen querer arrinconar las ansias nacionalistas de Anova y su líder, Xosé Manuel Beiras, quien es consciente de que buena parte del éxito de la nueva marca es porque se ha zampado el voto del BNG. Si descuidan ese flanco, En Marea y BNG pueden actuar como vasos comunicantes y regresar a la formación frentista los más de 110.000 votos que perdió el 20-D, y que representan una cuarta parte de los apoyos de En Marea.

Las tensiones en torno a si En Marea debe convertirse y alejarse de las ansias de control de Podemos se pueden trasladar a la elección de cabeza de cartel. A algunos ya les llama la atención el protagonismo mediático de Xulio Ferreiro. Su foto con Varoufakis, su aparición en La Sexta, su entrevista con Pedro Sánchez? no parece casual. ¿Es Ferreiro, que en el salto a la alcaldía de A Coruña tuvo a Antón Gómez Reino, diputado y hombre fuerte de Pablo Iglesias, un fiel colaborador, el señalado por Podemos para ser candidato a la Xunta?

| Aunque Feijóo asegura que el PP será el primer partido en tener candidato, lo cierto es que el BNG ya tiene cabeza de cartel, pero no oficialmente. Nadie duda que Ana Pontón, portavoz nacional del Bloque, será la elegida. ¿Por qué? Porque la Asamblea que la situó como la primera mujer portavoz nacional, también cambió los estatutos de la organización para que el puesto no fuera incompatible con la candidatura a la Xunta como hasta ahora. Su reto: que el BNG no desaparezca del Parlamento autonómico.

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