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Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

La crispación recorre O Salnés

El ambiente exhala crispación, Nada de lo que hagan unos convence a otros. La imposición se ha convertido en la norma frente al diálogo o el reconocimiento del mejor criterio de los demás, aunque presuman de ideologías similares. Nadie quiere dar su brazo a torcer. Los gobernantes de O Salnés se han sumado a esa corriente de enfado, de negación, de malestar general, de sinrazón, de fiebre ideológica. Todos sacan su prurito para romper de la forma más traumática posible con el pasado, sin pensar en las consecuencias inmediatas o futuras de sus acciones.

El derribo del Acuario de A Compostela ya no tiene vuelta atrás. Su principal mérito es que libera de obstáculos la principal playa urbana de Vilagarcía y el demérito, que la ciudad se queda sin un local para el Centro de Interpretación de Cortegada y además obliga a gastar 85.000 euros que para sí querrían otras causas.

También es justificable que Alberto Varela se enfade con la presidenta del puerto de Vilagarcía Sagrario Franco porque se empeña en defender un hotel de lujo en terrenos de O Ramal. Ahora bien a lo largo de los años se ha demostrado que ningún emprendedor ha elegido terrenos alejados del mar para promover unas instalaciones turísticas en zona de playas.

Pero no solo en Vilagarcía hay irritación. Las heridas del cuatripartito de Cambados todavía sangran aunque la alcaldesa Fátima Abal y su socio de Pode Ramón Abal aseguren que están curadas porque las han cubierto con una venda. Cerrar cuatro días una plaza histórica para permitir los actos de Semana Santa no parece argumento para tal berrinche que dejan entrever otros asuntos detrás de mayor enjundia.

Y ya la gota que colma el vaso se desparramó en O Grove donde se eliminó de un plumazo, en 24 horas, el servicio de Protección Civil después de veinte años de "desinteresada" ayuda como voluntarios de emergencias.

Al alcalde Cacabelos se le ha ido un poco la mano al desahuciar a este personal y plantear que se vayan a una caseta de 12 metros en el puerto. Flaco favor le hace a los ciudadanos.

Son solo algunos ejemplos de esta misma semana. En principio la sangre no ha llegado al río. Revisar la actitud podría ser un buen primer analgésico para calmar tanta inquietud.

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