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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La broma

De modo que, por si aún quedasen dudas acerca del relativismo con que actúan algunos aquí bajo el disfraz de la ideología, y del estrepitoso fracaso del inútil "pacto a dos" entre Sánchez -que lo romperá a la primera oportunidad, porque es aún menos de fiar que Zapatero- y Rivera, bastaría con fijarse bien para disiparlas, Porque escriben una cosa, la interpretan de modo diferente y la explican de forma contraria tanto a la letra como al espíritu.

Un ejemplo práctico y revelador es lo que ocurre con la fusión de municipios, que el pacto defiende y hasta impulsa pero que -al menos en Galicia- se anatemiza por los socialistas en cuanto se pone alguna en marcha, como la de Cotobade y Cerdedo. Una paradoja análoga a la de quienes ahora que gobiernan diputaciones las defienden con la misma o mayor "convicción" con que exigían su desaparición hace pocos meses, cuando estaban en la oposición. Y aplican la misma política, pero al revés, que sus predecesores.

Lo más curioso, -y patético- de esto que ocurre -medible y por tanto poco opinable- es que los actuales rectores, como los anteriores, saben que en Galicia sobra al menos la mitad de los concellos, por falta de población y por tanto de recursos. Y como efecto directo, también están de más las cuatro diputaciones, cuyo único papel en ese cuadro es hacer viable lo inviable: que existan lo que no puede existir. Y que en términos de servicios, tampoco.

Ocurre que lo que hay en el fondo no es el interés general, sino el clientelar de los partidos -y sobre todo de sus "apparat", que conservan el poder interno repartiendo prebendas-, no hay interés real en cambiar las cosas ahora que los que chupan del bote son los que estaban deseando que dejasen de hacerlo los anteriores y les cediesen la caja.

Esa es la tragedia real de este país: que quienes deberían administrar lo que es general acaban por creerlo propio y hacer con ello lo que quieren. Resumido en palabras de aquella indocumentada ministra de Zetapé de cuyo nombre más vale no acordarse, "lo público, por serlo, no es de nadie", Pero a la hora de la verdad lo disfrutan unos pocos, los que están arriba.

Ese es, en fin, el motivo auténtico por el que los acuerdos entre el mendicante Sánchez y el salvapatrias Rivera firmaron lo que firmaron sabiendo que no era posible de cumplir, aparte de no disponer de apoyos suficientes en el Congreso. Y por eso otros aprovechan para mejorar su posición, como Pablo Iglesias, que pierde el culo por ocupar los sillones que reparten el botín, Garzón para sobrevivir y los nacionalistas para sacar en el río revuelto lo que nunca pescarían en otro, Y Rajoy, de don Tancredo.

Es lo que hay, ¿no...?

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