El precandidato republicano a la Casa Blanca Marco Rubio se mostró ayer indignado por que su rival Donald Trump evitara rechazar en una entrevista el apoyo que le brinda de un antiguo líder del Ku Klux Klan (KKK), algo que, a su juicio, lo vuelve "inadecuado" para aspirar a ser presidente.

"No podemos ser el partido que rechaza condenar a los supremacistas blancos y al Ku Klux Klan", denunció Rubio ante unas 2.000 personas en un mitin en Virginia. Rubio, que todavía es el favorito del aparato republicano, se sumó así a las voces que condenan a Trump por lo que consideran un coqueteo con los racistas del KKK.

Ayer Trump, en otra entrevista televisiva, dio una explicación con la intención de zanjar el asunto: "Estaba sentado en una casa de Florida con unos auriculares de mala calidad que me dieron y con los que apenas podías oír lo que se estaba diciendo".