Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

la mirada //

Nacionalistas, por encima de todo

| "Tendremos mejores o peores resultados, pero no renunciaremos a lo que somos, y por encima de todo somos nacionalistas", declaraba estos días Bieito Lobeira, secretario de Organización del BNG y uno de los hombres clave en la historia de la formación nacionalista en los últimos veinte años. Lobeira, que era quien ataba en corto al portavoz nacional cuando éste intentaba tender puentes con los excompañeros de Anova, y quien controlaba de verdad las riendas de la formación frentista, mientras Xavier Vence ponía el rostro amable y el tono academicista de cara a la galería pública,resume con esta frase la hoja de ruta marcada ya por la UPG con el apoyo de MSG (Movemento Galego ao Socialismo) para una formación con 32 años de historia a sus espaldas y que hoy celebra en A Coruña su XV Asamblea Nacional inmersa en una crisis, que puede abocarla a la desaparición o la marginalidad.

Nada se mueve en una organización, que pasó de suscitar el apoyo de más de 395.000 electores en 1997 a poco más de 70.000 el pasado 20-D. La Asamblea de hoy parece que se reducirá a un cambio de caras y a la repetición de esloganes y palabras huecas como "refundación", todo a unos meses de unas elecciones autonómicas, en las que asume el riesgo de salir por la puerta de atrás de O Hórreo o ver mermada una representación ya empequeñecida de 7 parlamentarios. Llegó a tener 18 diputados y ostentar el liderazgo de la oposición. Por mucho que el BNG haya hablado de"renovación", de abrir "un nuevo ciclo", de hacer "autocrítica", de "repensarlo todo", tras el batacazo que se llevó el 20-D cuando se quedó fuera del Congreso de los Diputados, poco parece que vaya a cambiar en la formación frentista. El BNG se reafirma en su esencia, el nacionalismo de izquierdas, y ha decidido seguir arrinconando a los disidentes con la línea oficial (Vence, Carme Adán, Tareixa Paz Alba Nogueira, Carlos Aymerich, ...) enseñándoles la puerta de salida. Algunos piensan que hoy asistirán a su epílogo, a sus últimos estertores antes del entierro previsto para las elecciones autonómicas, y otros que aún existe esperanza para el muerto que colea en la UCI, y puede ser reanimado.

| Desde una posición inmovilista, ¿cómo piensa el BNG que va a iniciar la remontada? Parece olvidar que uno acostumbra a estar en política para ejercer el poder y desde él desarrollar su programa político y perfilar su modelo de sociedad. ¿O acaso piensa que desde la marginalidad, con siete escaños ahora que pueden ser menos e incluso ninguno, tal como apunta el resultado del 20-D, puede impulsar su Galiza dorada?¿O acaso ya renuncia el Bloque a ocupar las instituciones para desde ellas impulsar el cambio en la conciencia nacional de los ciudadanos, y los que quedan se parapetan en sus puestos a la espera de mejores tiempos?

| El BNG predica en el desierto, pero siempre lo hizo y pese a ello hubo un tiempo en que logró poner colorados a PP y PSOE, enseñar las vergüenzas de los diputados gallegos de PP y PSOE, que se plegaban a los intereses de Madrid, aunque entrasen en contradicción con la defensa de Galicia. Sólo el 17% de los gallegos se considera más gallego que español y menos del 2% se define sólo como gallego, según el CIS. Un reciente estudio de la Central European University, campus internacional de postgrado en Budapest, en su Programa de Estudios sobre Nacionalismo, comparaba el nacionalismo gallego y el catalán, y concluía que "en España, Cataluña es la hermana rebelde y Galicia, la hija perfecta". "Identificarse como gallego significa pertenecer a la cultura celta y a la cultura española", concluía y añadía: "Galicia está en paz con su posición en el Estado español".

Para complicar la situación, al BNG le ha surgido la competencia. En Marea, con su nacionalismo light, el liderazgo de Xosé Manuel Beiras y un ejército de jóvenes bisoños, le ha usurpado el terreno y le hace parecer un partido viejo, de la casta. ¡A ellos que se presentaban como la antítesis de populares y nacionalistas! Pero En Marea es en buena parte fruto de sus errores, por permitir que el BNG dejara de ser la casa común de los nacionalistas, por pensar que ellos eran la salvaguarda del ADN del nacionalismo gallego, que sólo ellos podían repartir el carné de nacionalista, y que fuera de su abrigo nada podía brotar. Sin embargo, a los electores les vale, les parece suficiente el nacionalismo híbrido que exhibe ahora Xosé Manuel Beiras envuelto en las mareas revolucionarias de los partidos ansistema, aunque estos hayan nacido en un campus de la Complutense. Y eso es lo que no acaban de entender en el BNG, incluso les duele el éxito del que el fondo es su hijo rebelde. Francisco Rodríguez, el timonel de la formación frentista desde su fundación, aún persistía esta semana en despreciar a los electores "que se consideran nacionalistas" y se han decantado por En Marea. Lo hacía al admitir que "solo una minoría de electores que votaron ilusionismo, están dispuestos a rectificar reconociendo el error cometido". ¡Buena manera de recuperar votantes tras confesar la situación "dramática" que vive su organización!

| Llegado a este punto. Donde En Marea se ha aupado a la segunda plaza de la escena electoral gallega y el BNG sigue en caída libre. Tampoco aliarse con los excompañeros de la casa común es la mejor solución, pero ¿tienen tiempo o margen para otra? Ahora o tras las autonómicas ya negociarán en posición de debilidad. Además los primeros ya no los quieren. Como mucho aspiran a contemplar la desbandada del BNG y fichar los mejores valores para alimentar una formación la suya, escuálida en cuadros, repleta de energía e ilusión, pero con muy poca experiencia en las lides políticas. Por todo ello, no se entiende el inmovilismo del BNG, ¿dónde está el revulsivo, el renacer de las cenizas del BNG que les permita sortear su epílogo y reinventarse?

Compartir el artículo

stats