Y como la ocasión la pintan calva, coincide la llegada del nuevo párroco y la presencia del Arzobispo con la lamentable noticia de hace un par de días en que, el campanario de una vieja iglesia en Lérida se vino abajo tras habérsele detectado grietas peligrosas sin hacer nada por evitar el desastre. Y viene bien la coincidencia porque desde hace ya un tiempo venimos avisando en privado y desde este mismo "mirador" que el campanario de nuestro Antiguo Templo muestra parecidos síntomas y que todo hace pensar que, si no se echa mano de su estructura, cualquier día, con cualquier vibración, se viene abajo con campanas y todo. Lo peor, aún con valorar negativamente la posible pérdida de este monumento, será si todo se cae sobre quien ande o circule por allí porque las viejas piedras de las que está hecho no son algodón precisamente. Por otra parte, uno no sabe si ese ente que se denomina "Patrimonio" está solo para incordiar a quien levante una baldosa, o para hacer gastar dinero a quienes hacen una obra, por pequeña que sea, a no sé cuantos metros de cualquier casa vieja y en cambio no se fija en estos peligros. Pues hoy es buen día para que todos sepan lo que hay y por lo menos se preocupen de evitar algo como lo sucedido en Lérida.

Tiempo nuevo