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Tambores de guerra en Michelena 30

Cuando el Gobierno de España decide realizar una modificación de la Ley de Costas, para ofrecer una alternativa de permanencia a centenares de empresas y decenas de miles de puestos de trabajo afectados por dicha ley, establece las condiciones para renovar las correspondientes concesiones administrativas con carácter general, y así conserveras, astilleros, refinerías de petróleo? consiguen una solución de continuidad para su actividad industrial productiva.

Cuando una administración establece una normativa, no se puede inaplicar con carácter restrictivo a ninguna empresa, que cumpla con la legislación que regula su actividad. Esto es algo de lo que se "olvidan" quienes se oponen a la permanencia de Ence, que continuamente defienden una prevaricación política cuando pretenden negarle a esta empresa los mismos derechos que tienen otras tan inofensivas como las refinerías de petróleo ubicadas en las costas gallegas y españolas, que ellos no cuestionan.

Si no se hubiese modificado la Ley de Costas, decenas de miles de trabajadores/as engrosarían las listas del paro, y el sector industrial de Galicia y de España recibiría un golpe mortal.

El mundo del trabajo de Pontevedra (empresarios y sindicatos), recibimos con satisfacción unánime la concesión de la prórroga a Ence. Quienes somos los agentes del día a día de las relaciones laborales no tenemos ninguna duda de que la decisión del Gobierno, en este caso, (que no podría ser ninguna otra porque sino sí estaría cometiendo prevaricación), es la correcta. De un Goberno, que todo hay que decirlo, se dedicó en toda la legislatura a machacar los derechos de los trabajadores/as.

Una de las singularidades de Pontevedra es que los que no tienen en el día a día la más mínima preocupación por la realidad del empleo y por la creación de puestos de trabajo, se transforman en pregoneros de la creación de empleo " tras la desaparición de Ence", difundiendo propuestas sin el mínimo rigor, y sobre todo, sin ninguna posibilidad de llevarlas a la práctica. Tratan de generar confusión en la ciudadanía, para que quienes no tienen empleo o tienen unas condiciones precarias, no se activen, en contra de sus fantasiosas propuestas.

Defender el mantenimiento y la creación de empleo es una prioridad con mayúsculas para aquellos que formamos parte de la izquierda social, y que sabemos que la dignidad de las personas que no poseen una fortuna económica personal, está en la obtención de un puesto de trabajo de calidad, por lo que no alcanzamos a entender como quienes se dicen de izquierdas y que en otros ámbitos de su pensamiento y de sus prácticas lo son, se convirtieron a los postulados del régimen nacionalista que gobierna en Michelena 30.

Quien mantiene privatizados la mayor parte de los servicios municipales: abastecimiento de agua, recogida de la basura, piscinas de Campolongo, servicio de ayuda a domicilio, conservación y mantenimiento de los jardines?, con casi 350 trabajadores, que por el hecho de estar privatizados nos cuestan más dinero a los ciudadanos, no es un partido de izquierdas. Como tampoco es propio de la izquierda promover la destrucción activa del empleo, sin presentar una sola alternativa real de creación de empleo, aunque ya todos conocemos la propaganda del régimen, de que la creación de empleo no es una competencia municipal. Y me pregunto, ¿cómo habrá centenares de Alcaldes desorientados en España, cuya principal preocupación y ocupación es la de fomentar en sus ayuntamientos las condiciones adecuadas para la creación de puestos de trabajo?

En una difícil situación interna y con el más escaso apoyo social y electoral al BNG, Lores y su UPG vieron una oportunidad de esconder sus cuitas internas y su fracaso electoral en una nueva campaña anti-Ence. ¡Que casualidad! que no convocaran ninguna movilización antes de la concesión de la prórroga, y que ahora se anuncien movilizaciones por doquier. ¿O es que alguien, medianamente informado, pensaba que no se la concederían?.

Y así Lores, asumiendo un teatralizado papel de Toro Desbocado, ordena tocar los tambores de guerra para reunir a las tribus, y volver a declarar la guerra total a Ence, encomendado a aquella parodia de consigna que decía: ¡Ni un paso atrás, hasta la derrota final!

* Secretario Comarcal de CC OO.

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