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Pontevedra industrial

La noticia no por ser impactante, era menos esperada. Todas las empresas que cuentan con instalaciones en terrenos sujetos a concesión pública, deben, en caso de tener viabilidad técnica y económica, plantearse su futuro renovando las correspondientes autorizaciones y licencias, cumpliendo con los requisitos que la Administración pública les imponga. Este es el caso de las instalaciones de ENCE en Lourizán, que debido a que se trata de una empresa que cumple con los requisitos más exigentes de la normativa medioambiental y es viable desde el punto de vista técnico y económico, las autoridades han procedido, como lo harían con cualquier otra empresa, a proceder al otorgamiento de la correspondiente renovación de la concesión para que pueda continuar con sus actividades regulares e idear nuevas líneas de actividad y modelos de negocio que les permita tener un futuro de crecimiento sostenible y rentable.

La economía de los países, dependen de una forma determinante de su capacidad industrial, por ello los países más avanzados del mundo, son aquellos que cuenta con una industria diversificada y potente. Aquellos países que no tienen industria han de depender para el suministro de los bienes y servicios de importaciones y por tanto de terceros.

Ha quedado además demostrado que los puestos de trabajo creados en el ámbito industrial, por el coste de la formación y la especialización, son lo que se denominan puestos de trabajo de "calidad", frente a la precarización y temporalidad de muchos de los puestos de trabajo del sector servicios. Por esta razón todos los países desean y buscan activamente la ubicación de industrias en su territorio, por lo que cuando se consigue atraer capitales para que inviertan en industrias, se generan un gran optimismo y es muy bien recibida las inversiones por lo que supone de creación de puestos de trabajo y riqueza.

En Galicia además la agricultura y ganadería siendo una actividad importantísima por su diversificación y características climáticas y poblacionales, padece de un conjunto de defectos estructurales, como la atomización de las explotaciones, el envejecimiento de la población o la incapacidad de producir alimentos en términos competitivos y con capacidad exportadora. Por ello hace del sector forestal una pieza básica para que la población del campo gallego, tenga en la madera un elemento complementario, algo así como una cartilla de ahorro, que permite a los agricultores contar con recursos financieros para los gastos extraordinarios que desgraciadamente se van volviendo cada vez más en ordinarios y con los que hay que contar sí o sí.

Además con la recuperación de los montes por parte de los vecinos, es preciso encontrar una lógica productiva para la explotación del monte y así no pocos recursos se van obteniendo de la venta de la madera y permite a las comunidades de montes, mejorar sus explotaciones, racionarlas y en definitiva modernizarlas. Por tanto la transferencia de recursos que supone la explotación en Galicia de la materia prima proveniente del monte gallego, es una cuestión central en la capacidad económica y productiva de un país, siendo además básico para sostener una silvicultura que haga mantener el monte cuidado.

El Sector Forestal gallego, al igual el sector del automóvil o sector de la industria naval o la pesquera, son pilares económicos que no puede Galicia permitirse el lujo de perderlo. Pues bien para que la materia prima se pueda transformar, es incuestionable que necesitamos industrias de la transformación de la madera y parece que cuenta con mucho futuro dado que los humanos utilizamos el papel para múltiples actividades de nuestra vida cotidiana y por tanto necesitamos de empresas fabricantes de celulosas.

No es casual que las industrias de producción de celulosa del papel estén ubicadas estratégicamente cerca de la obtención de la materia prima. Existen fábricas de celulosas en Navia Asturias, en Lourizán Pontevedra y en Viana do Castelo en el norte de Portugal, de las que excepto en Pontevedra, no existe cuestionamiento social por su ubicación, funcionamiento y presencia empresarial, siendo al menos iguales que la que está ubicada en Lourizán. Estas ubicaciones cerca de donde crecen los árboles, permite obtener recursos a precios competitivos y poder transferir recursos a un campo, donde vemos a diario en los periódicos el gran impacto negativo que está sufriendo por seguir existiendo, con un precio de la leche en mínimos históricos, una progresiva desertización poblacional, entre otros problemas.

Dicho lo anterior, los gallegos que quieren a Galicia de corazón desearían que contáramos con sectores industriales integradores de procesos, tecnológicamente avanzados y con gran proyección para vender tanto aquí como en otros mercados los productos que aquí produjéramos. Las alternativas son escasas, dado que disponemos de una estructura económica no muy potente, con escasos casos de éxito y desarrollo económico y con escasa capacidad para la creación de puestos de trabajo.

Nuestras Universidades están formando a los jóvenes de Galicia, para que encuentren en la industria su salida profesional y hacer sus carreras en empresas con proyección. Desafortunadamente muchos son los que han de buscar empleos en otros países, mientras aquí no valoramos en su justa medida las iniciativas para la creación y desarrollo de actividades productivas que permitan trabajos de calidad en la industria.

Fomentar la industria no es una cuestión menor, es crucial para nuestro desarrollo económico, por lo que noticias, como la que se acaba de conocer que permite a una empresa, con sus accionistas invertir muchos recursos financieros para el desarrollo de su empresa, debería hacer que nos felicitáramos por contar con esta posibilidad que no se da todos los días.

Anatemizar las empresas y su capacidad emprendedora, nos lleva a la reflexión de quién creará los puestos de trabajo, desafortunadamente no todos podemos vivir del Estado y eso que en Galicia con nuestros 2,3 millones de habitantes, ya tenemos una población activa, es decir que trabaja, de igual número de personas que las que viven de una pensión o un subsidio.

Esperemos que la empresa focalice, con esta renovación de autorización, un nuevo plan de inversiones que dinamice nuestra economía y permita que el sector forestal gallego tenga un gran futuro o eso es al menos lo que deseo.

*Economista. Fue presidente del Círculo de Empresarios de Galicia-CFV.

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