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El transporte metropolitano no puede ser un obstáculo

Parece como si los acontecimientos más notables de la Historia de Vigo siempre hayan pendido de un hilo, hasta el último momento. No hay espacio para mencionarlos, pero esa circunstancia nunca se dio por voluntad expresa de su pueblo, sino por quién desde la lejanía ha detectado el Poder. En este caso, la Xunta de Galicia tiene en sus manos el poder hacer o no hacer, cortar o no cortar el hilo del que cuelgan los 14 concellos para constituir uno de los mayores proyectos territoriales del último siglo: aprobar la Ley del Área Metropolitana de Vigo.

El AMV es un proyecto universal que comprende más de una docena de competencias, entre ellas el transporte interurbano y su nueva planificación en las unidades territoriales. El transporte es uno de los elementos integrables en dicho Proyecto. Quizás sea uno de los más complicados de resolver, pero es uno más y no el único. En todo caso la Ley no puede esperar por más tiempo sobre la mesa de la Xunta, y menos al lado de unas tijeras que pueden cortar ese hilo en cualquier momento.

¿Acaso supone tal aprobación un acto legislativo que menoscabe la importancia de otras zonas de Galicia? El futuro del AMV no puede depender de la voluntad política del poder autonómico. Ya existen acuerdos suficientes que garantizan la gestión, financiación, competencias y gobernanza entre sus miembros y la Xunta, para el nuevo ente territorial.

En la jerarquía de valores metropolitanos primero está el de su legalización inmediata y después todo lo demás, incluido el transporte. Ya hablaremos de otros proyectos. Lo inmediato es la aprobación del Área antes de la Primavera, ya que es posible su tramitación si hay voluntad política. Lo del transporte metropolitano no puede ser un obstáculo tras el que se parapete Vicepresidencia. La movilidad del servicio público se resolvería en su primera fase, con eficacia, a través de los vectores de urgencia en la conexión de interurbanos con urbanos, y más adelante ya se planteará un Plan del Transporte a otros niveles, hasta un moderno Consorcio que englobe toda la problemática de la movilidad.

A finales del mes de Enero los preámbulos del Área todavía siguen en el aire, por eso lo urgente es que el Presidente de la Xunta tenga el coraje de dar un paso al frente, para que nadie pueda jugar a derribar el castillo de ilusiones metropolitanas. Desde la construcción del ferrocarril Vigo-Ourense, ningún proyecto de los últimos cien años ha tenido el amplio respaldo unitario que tiene el Área Metropolitana de Vigo. ¡El tiempo de espera se agotó, Presidente!

*Publicista

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