Esta es la pregunta que va de boca en boca entre los cerqueros gallegos. Es, igualmente, la que rebota en las paredes del edificio administrativo de San Caetano. Y es la que se formulan los acampados en Santiago desde hace 70 días y sin que nadie -ni la Xunta, ni la Secretaría General de Pesca, ni el mismísimo sector pesquero- den respuestas válidas. Al menos, hasta hoy, fecha en la que ya se aprecia un nerviosismo evidente entre los armadores y marineros asociados a Acerga. Hay tensión, porque quien más, quien menos, tiene la ruina a la vuelta de la esquina. Y temen como al mismísimo diablo el silencio de la Xunta, cuyos máximos dirigentes se encuentran a escasos metros de distancia del campamento y no aportan -dicen los acampados- ni la más sutil muestra de comprensión del calvario en el que viven 1.200 familias marineras que, además, tienen ante sí la imagen de un matrimonio de septuagenarios malpicáns que, en la práctica, ya no saben a donde ir porque todo su patrimonio era un barquito que les permitía vivir y que, desde hace tres meses, está fondeado en el puerto.

Los cerqueros de Acerga han establecido contactos serios y profundos con sus homólogos de Asturias y Cantabria. Juntos quieren elaborar una propuesta de solución para más del 50% de la flota del caladero nacional Cantábrico Noroeste basada en un reparto justo bien sea por barco, bien por hombres de la tripulación de estos. Esta propuesta será la que pongan sobre la mesa de trabajo en la reunión que, el próximo día 14 de enero, se celebrará en la Secretaría General de Pesca para tratar sobre las pesquerías de jurel y caballa y, posteriormente, de la sardina atlántica, además de hacer balance de la campaña de pesca de cada una de estas especies en 2015, y el futuro desarrollo de la campaña -de las mismas especies- en 2016. Otros asuntos relacionados con dichas pesquerías serán abordados en esta reunión.

Tanto el presidente de Acerga, José Blanco, como el portavoz de la asociación, Andrés García, participarán en este encuentro al que, además, anuncian su asistencia los cerqueros dela Cooperativa de Armadores de Pesca de Vigo (ARVI) y los de Asturias y Cantabria.

Para Acerga sería muy importante que la Secretaría General de Pesca constituyese -como antes se hacía- un fondo común de cada pesquería (incluido el bocarte) en el que los barcos gallegos, asturianos y cántabros dispusieran de un mínimo de 6.000 kilos (7.000 kilos para los vascos dado el mayor tonelaje y tamaño de sus barcos) y que se olviden de una vez los de los proclamados "derechos históricos".

Nervios, tensión y deseos de que alguien apunte dónde está la salida a este conflicto.

Ojalá la reunión del día 14, en Madrid, sea la llave que abra definitivamente las puertas.