Faro de Vigo

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¿Qué va a ser de Vigo sin Carlos Oroza? o ¿qué sería del después?

¿Qué va a ser de esta maldita ciudad sin su poeta maldito? Ahora que Carlos Oroza, el eterno Oroza, el ignorado Oroza, el omnipresente Oroza navegando por las calles de Vigo nos ha dejado, ha llegado la hora del ¿qué sería del después? En el después, los carlosorozianos naufragaremos a diario sin la esperanza de encontrarnos con su poesía al doblar la esquina, quedaremos a la deriva, sin rumbo y sin más destino que la orfandad poética.

Deja a esta nave vieja que navegue en su llanto

Que navegue en su llanto esta nave vieja

En este mar terrible sin puerta al mundo

Terca

Definitivamente quieta

Ha perdido el aire y el timón en la mente de la historia

Ahora que Carlos Oroza acaba de entrar en el limbo, ahora que su fina figura se ha adelgazando ya tanto que se ha desintegrado, o como anuncié el día de su fallecimiento, se ha literalmente esfumado, para pasar a fundirse y confundirse en el aire marino de esta maldita ciudad. Ahora que por fin se ha "liberado de sí, de su yo impreciso" ¿Qúe va a ser de nosotr@s sin nuestro poeta?

"Una ciudad no es gran ciudad hasta que no tiene su poeta maldito, y el de Madrid, en los años sesenta-setenta era Carlos Oroza" dijo Umbral, hace mucho. Pues el de Vigo, en los años 80, 90, 2000 y 2010 también fue Carlos Oroza. Y Oroza escogió Vigo supongo que por varias razones. Según él mismo ha explicado ya, porque era lo más aproximado a la idea infantil que él tenía de Galicia. Por otra parte no es difícil ver similitudes en la configuración urbana de Vigo y de Viveiro, su ciudad natal: orientación norte, escaleras y calles empinadas transcurriendo al mar:

Subo la escalera

Y veo una luz rosada como un aura y sólo la soledad en la puerta de mi casa

Y la calle empinada transcurriendo al mar

Las escaleras, un elemento recurrente en su poesía, fueron en Vigo, en los años 90, las de la calle Baixada a Príncipe, donde se sucedieron años de intensa bohemia, mientras surgía un alto mar y se destilaba una porción de tierra gris, donde apareció una presencia blanquísima, mientras se hablaba de ti?

En el número 10 de la calle en que vive

Se aventaron las aves

Y se declaró innúmero en el evento el edificio

(...)

Morir

Vivir al lado

Entrar

Estar contigo

Y confundirme en la humedad antigua de tu casa

(...)

Se abre la puerta grande de mi casa

Y se ven por dentro las paredes blancas

Una escalera mántrica y una figura

Por el este se siente el oboe y en el sur el tam tam

Otro motivo que imagino para su elección es el de que Vigo siempre ha tenido bastante de ciudad maldita: marginada por la política de las instituciones oficiales, desde siempre discriminada y ninguneada y por ello siempre teniendo que crecer a contrapelo, sin apoyos ni reconocimientos pero demostrando sin embargo ser lo suficientemente fuerte como para salir adelante sola, siendo en realidad el auténtico motor de Galicia, tanto en lo económico como en la dinámica poblacional: ciudad viva, activa, emprendedora, que no se puede dormir en los laureles, porque no los tiene, como nunca se durmió Oroza en los que pudo tener y que siempre rehuyó. Vigo, esta ciudad tan poco provinciana y tan a su manera ciudad cosmopolita atrapó a Oroza en los años 80 y él aquí se quedó, sin saberse nunca si subía o bajaba sus cuestas

Por las cuestas de luz del Calvario a la Guía tus pies

Eternamente tus pies salpicados de sol y de peces

Carlos Oroza vivió siempre de su poesía, por su poesía y para su poesía. Ella le exigía una actitud introspectiva y una tensión permanente que se liberaba sólo en sus multitudinarios recitales en los que su obra encontraba su verdadera dimensión, en contacto con su público. Un público fiel que lo siguió durante más de 30 años en esta ciudad, y el que lo siguió antes y siempre en Madrid y muchos otros lugares.

Y el poema aparece perpetuando su dimensión en espirales de luminoso aliento

(?)

La cuarta dimensión en la interminable marcha del poema

Cerrado sobre sí mismo y viviendo sólo para escucharse, como él ha explicado ya: "La poesía me ha llevado a desembocar en mí mismo: es decir, en un misterio."

A mí -a nosotros- me quedó su poesía dentro, cantada al oído, con todas sus notas. Donde falta una palabra, donde se altera una sílaba, ahí falta una nota. Porque su poesía es música y ésta, junto a la pintura, su arte más querida, "Ut pictura poesis"

Voy a hablarte -dijo-

Con la fuerza súbita que tengo

Y celebrado el acto

Jamás pudiera darse una cuestión tan difícil

Porque allí de nada iba a tratarse

Sino de un asunto que entregar a la poesía

Ahora que esta ciudad por fin está suavizando poco a poco su maldito carácter, ahora que en los últimos años se ha vuelto algo más humana, tal y como siempre clamó el poeta -y casi todos los ciudadanos de Vigo- ahora que él mismo renunció en cierto modo a su malditismo en sus últimos días, aceptando honores que siempre había rechazado, para irse contento y tranquilo, lo delicado sería poder dedicarle una estatua caminando por cualquier calle del centro de Vigo -Príncipe, o las Avenidas- con las manos a la espalda y en ellas un periódico doblado. Sería el más bello homenaje que se podría hacer a la memoria de nuestro Oroza, para que cuando bajemos a la calle sigamos cruzándonos como siempre con su frágil figura y evocando sus versos, como lo hicimos juntos hace años ante la de Pessoa en una calle de su amada Lisboa.

Pero tú y yo nosotros nos reímos en la calle más alta

y nos caemos de cansancio de reír partiéndonos en pedazos por la broma.

*Fotógrafa y amiga de Oroza

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