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Santiago Lago Peñas.

¿En quién confían los gallegos?

El Instituto Galego de Estatística ha publicado esta semana una muy interesante base de datos sobre capital social. En ella se incluye información sobre el grado de confianza de los gallegos respecto a diversos agentes e instituciones públicos y privados. En el cuadro adjunto se sintetizan los resultados para seis de ellos. Las cifras que aparecen corresponden al porcentaje de entrevistados que asignan valoraciones de 0 (ninguna confianza) a 10 (total confianza).

El mensaje que se deriva es claro. Tenemos un problema muy serio con el sistema político. El 84% de los gallegos desconfía de él y solo el 3% confía con claridad. A continuación aparece el empresariado: el 49% le otorga una puntuación por debajo del 5. Y en tercer lugar, los medios de comunicación, que aprueban en media, pero con un 36% de gallegos que confían poco o nada en ellos.

Frente a lo anterior, lo público genera confianza y sirve de anclaje. Cuatro de cada cinco gallegos confía en los sistemas educativo y sanitario (mayoritariamente públicos) y en las fuerzas y cuerpos de seguridad. Los gallegos distinguen entre lo político y lo público. Lo primero es lo que genera desconfianza. Si hablamos a escala gallega, creo que la situación podría mejorar si en el Parlamento de Galicia empezásemos a ver algo más de confianza mutua y colaboración. La lista de asuntos estructurales pendientes de resolver es muy larga. Y son asuntos que por su naturaleza requieren estrategias de largo plazo con horizontes temporales más allá de cambios de mayorías parlamentarias y gobiernos. Si los gallegos comenzasen a ver acuerdos amplios sobre estrategias consensuadas y bien elaboradas, seguro que la confianza aumentaría.

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Por su parte, el empresariado gallego debería hacer un esfuerzo por mejorar su imagen y valoración; comenzando por la confederación que los aglutina y representa. Desde hace mucho tiempo, más de una década, en la información sobre la CEG predomina lo negativo. Es tiempo de resetear y hacer las cosas de forma muy diferente. Me atrevo a sugerir que la CEG necesita más independencia, más transparencia y más conexión con los grandes empresarios gallegos. Ojalá se aprovechase la coyuntura actual para ello. Porque la confianza en los empresarios es importante para que el país funcione.

*Director de GEN (Universidade de Vigo)

@SantiagoLagoP

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