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El "palestino" de las candidaturas

"Hay que buscarle un sitio al palestino", exclamaban en el PPdeG, en la época de Manuel Fraga, cuando se ponían a hacer las listas electorales. El palestino no era otro que Víctor Manuel Vázquez Portomeñe, uno de los redactores del borrador del Estatuto de Autonomía, conselleiro con Albor y Fraga, artífice del Xacobeo como negocio turístico, reconocido como uno de los mejores oradores de la Cámara autonómica y senador durante doce años. Pese a su currículum, su encaje en las candidaturas tenía complicaciones. ¿Por qué? Porque las listas electorales se explican casi siempre en base a las filias y fobias dentro de un partido y una de las claves para estar dentro es tener base territorial y Portomeñe carecía de una organización provincial o local potente que pusiese su nombre encima de la mesa.

Viene a cuento la historia del palestino en la semana que el PPdeG acaba de cerrar la composición de sus listas. Las candidaturas son un puzzle donde la caja trae piezas de más. Algunas sobran y hay que retirarlas y otras hay que encajarlas con calzador y aún así chirrían. Por eso a primera vista, las listas siempre sorprenden a los de fuera. Hay que ser de la casa y conocer los secretos de familia para entender el resultado final que no es más que el intento de muchas veces mantener el equilibrio y dar el pego.

Es sabido que en el PP Mariano Rajoy decide los cabezas de cartel allá donde le interesa y deja a los barones territoriales la decisión sobre el resto de los candidatos, aunque con cierta tutela desde Génova. El número tres del PP, Fernando Martínez Maíllo, fue el encargado de pelear las listas con los líderes autonómicos. Galicia fue uno de los pocos territorios donde se dejó hacer. Alberto Núñez Feijóo tenía carta blanca. Su mayoría absoluta y su posición como líder emergente se impusieron.

La sorpresa de estas listas la dio Pilar Rojo, que será número tres del PP por Pontevedra al Congreso. Nadie se esperaba su salto a la Cámara Baja. Pasado el asombro de los primeros días, la explicación parece bastante sencilla. Tras una legislatura complicada en la que Xosé Manuel Beiras y los demás diputados de Anova han tensionado la vida parlamentaria al máximo, en la que sus propios compañeros de filas le pedían más mano dura con los diputados rebeldes, en la que ella misma se ha quejado de las broncas que debía calmar, la que fue conselleira con Fraga y presidenta del Parlamento durante ocho años, acordó con Feijóo que era el momento de iniciar una nueva etapa. El papel de árbitro nunca es cómodo y Rojo quiere volver a bajar a la arena de la tribuna.

Su salida dejó en un segundo lugar otra marcha de la Cámara autonómica. La de Paula Prado, que fue portavoz del PPdeG, y se va al Senado. Prado, que aspiró a ser alcaldesa de Santiago cuando las aguas bajaban muy revueltas en el PP de la capital, se retira a la Cámara Alta. Recuerda este movimiento a los practicados en ocasiones pasadas, cuando Marta Fernández Currás, tras el fiasco de la fusión de las cajas gallegas, fue "promocionada" a secretaria de Estado en Hacienda, y Pilar Farjas, con la losa del catálogo de fármacos, a alto cargo del Ministerio de Sanidad.

A Madrid baja ahora Prado, a la que durante años recordaremos por su asombro ante "los regalos de la hostia de Vendex".

El PP ha sabido conjugar al menos en Galicia el peligro de que las listas fuesen un desembarco excesivo de altos cargos que buscan refugio por si vienen mal dadas el 20-D o de dirigentes locales que pretendían acomodo tras el 24-M. Solo José Crespo se hizo un hueco como representante de una comarca, la del Deza, donde el exalcalde de Lalín tiene peso y poder de convocatoria.

El PSdeG ya cerró sus listas hace unas semanas. Sus cuitas son otras. Los máximos dirigentes públicos del PSOE gallego cerraron filas en torno al secretario xeral. Apuestan por José Ramón Gómez Besteiro como candidato a la Xunta en 2016 y confían que se librará de su imputación judicial. Este movimiento en tromba del alcalde de Vigo, la regidora de Lugo y los presidentes de las Diputaciones de Lugo y A Coruña fue la respuesta a los movimientos del aspirante José Blanco, a las críticas de Pachi Vázquez y al tropiezo de Méndez Romeu.

Si a Besteiro le agua la fiesta Pilar de Lara, la misma juez también le complica la existencia al regidor de Pontevedra. Estallaba el miércoles la bomba de que la magistrada de Lugo investiga la actividad económica y fiscal del alcalde del BNG y sus relaciones con Aquagest. Parece que 2015 va camino de convertirse en el annus horribilis de Lores, que el 24-M no consiguió mayoría absoluta, y ahora se enfrenta al escándalo judicial de la Pokemon, y no es el único. También tiene abierto el caso por el contrato de Jardines.

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