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Luis M. Alonso.

sol y sombra

Luis M. Alonso

La "rauxa"

El arrebato se ha impuesto a la cordura en la discusión catalana

El Parlament catalán ha declarado la desconexión con España que, en realidad, se traduce en algo parecido a nada. En esos mismos términos, un total de 72 parlamentarios ha votado a favor de desconectarse y otros 63 de permanecer conectados.

Como la resolución aprobada resulta todo lo solemne que se quiera aceptar pero está huérfana de legalidad, será recurrida y dejará de tener valor. Pero no así, en cambio, consecuencias. Estas últimas, probablemente, serán menos de las que, por un lado, le gustaría a Artur Mas y el resto de cabecillas de la revuelta emprendida contra el raciocinio y el buen sentido democrático.

Sin embargo, prepárense, porque el ruido va a ser atronador y la megafonía irá subiendo de volumen según se acerquen las elecciones. Todo se reducirá a la palabra. Proclamas y bravuconería, por un lado. Amenazas solapadas y advertencias sonoras, por otro. Como hasta ahora, aunque con mayor intensidad en cuanto a decibelios.

Podríamos decir que el arrebato (rauxa) se ha impuesto a la sensatez (seny) en la tradicional discusión catalana. Puesto que la cordura parece no tener dueño, el que esté dispuesto a ejercerla acabará ganando la batalla. No siempre sucede así, amigos, y, sin embargo, esta vez es posible que ocurra.

La rauxa ha traspasado todas las líneas rojas del entendimiento para cualquier persona con dos dedos de frente. El espectáculo de ayer del Parlament, el afán de los líderes de esta insurrección de pandereta de situar a Cataluña en el mismo plano que Kosovo son el escaparate de la demencia. El ideal que antes eran Quebec y Escocia ha acabado siendo el de un estado balcánico fallido. Gran aspiración.

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