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El presidente obvia a Beiras

Tres minutos. Este fue el tiempo que Alberto Núñez Feijóo dedicó en su discurso de réplica, hora y cuarto, al portavoz de AGE, Xosé Manuel Beiras. Feijóo concedió más tiempo al Grupo Mixto, cuatro minutos, que a la segunda fuerza de la oposición, y como su líder se ausentó en la intervención final del presidente, éste consideró que no era necesario dedicar más tiempo a un "diputado de esa catadura, que se burla de todos" y a quien presentó como dependiente de un Podemos en horas bajas.

El titular de la Xunta que aludió a Beiras como "exopositor a corredor de Comercio" no quiso dar protagonismo al referente de las Mareas, que el 24-M le propinaron un buen bocado al arrebatarle las alcaldías de A Coruña, Santiago y Ferrol, y prefirió centrar el debate en un PSdeG, que llegaba tocado a la sesión con la noticia de que la juez Pilar de Lara ampliaba la investigación a su líder, y un BNG, que ve peligrar su representación en las Cortes el 20-D. Feijóo buscó la confrontación con los socialistas, desolados con el auto de Pilar de Lara, que mantiene la imputación a Besteiro, y debilitados por la dimisión un día antes del secretario provincial del PSOE de Lugo y el estallido de las primeras tensiones en el bipartito de la Diputación lucense.

El titular de la Xunta fijó la fecha del Debate de Estado de la Autonomía, y luego se aplicó en llegar en las mejores condiciones posibles a la sesión. Reformó la Xunta, tras admitir que había "escuchado" a la ciudadanía para "resintonizar" con la sociedad, y anunció en una entrevista a este diario que no irá en las listas generales. Ayer se reafirmó en que "no hay mayor honra que servir a Galicia", aunque mantiene la incógnita de si optará a un tercer mandato. La economía, parece además que se alía con él, y le permite el giro social para eliminar el impuesto de sucesiones al 99% de los gallegos y habilitar un cheque de 100 euros al mes para los niños que nazcan a partir del uno de enero de 2006. Pasamos de los ajustes a las ayudas y exenciones millonarias, y todo en ambiente electoral, un clima propicio a los anuncios que desde la oposición no se creen.

El Debate de Estado de la Autonomía fue el de todos los años, con la peculiaridad de que estamos en la recta final de legislatura y Feijóo proclamó "la Galicia de un tiempo nuevo", mientras Méndez Romeu aseguraba que el tiempo llegado era el del "cambio", Beiras aventuraba que en el PP "están todos caput" y Jorquera recuperaba el "váyase, señor presidente", "a su casa o a Madrid". El debate fue un frontón, donde las versiones dibujadas de Galicia desde la tribuna en nada se parecen. Las estadísticas se retorcieron al máximo y la Galicia de la bonanza exhibida por el PPdeG pujaba con la Galicia del paro denunciada desde las filas de la minoría.

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