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Presidente de la patronal gallega

El futuro juvenil, asignatura pendiente

El empleo lleva 24 meses aportando datos positivos. Se estima que entre 2015 y 2016 se crearán más de un millón de puestos de trabajo en sintonía con el crecimiento del PIB, y que el porcentaje de población desempleada bajará del 20% en el segundo semestre de 2016. Las noticias son buenas, pero no suficientes para conformarnos. Todo lo que no sea pleno empleo es una llamada al inconformismo. Y en consonancia con esta actitud, el empleo juvenil debe constituir una de nuestras prioridades.

Dentro de ese elevado porcentaje de población joven en paro (50%), son especialmente preocupantes los datos dados a conocer recientemente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en su informe Skills Outlook 2015 contabiliza en España un 25% de jóvenes que ni estudian ni trabajan, una de las tasas más elevadas entre los países de la OCDE.

Además del drama personal y familiar que sin duda conlleva esta situación, debemos asumir el papel que como sociedad nos corresponde y dar un paso al frente para cambiar esta realidad. Nos empuja a ello un deber ético, pero también de responsabilidad con lo público, pues no podemos obviar la inversión desperdiciada que supone no aprovechar todo el potencial de nuestra juventud para el progreso del país. Dejar pasar esta situación podría condicionar el futuro laboral de toda una generación y el porvenir de toda la sociedad española.

Identificar y reinsertar a aquellos jóvenes "ninis" que se han quedado fuera del sistema es tarea de todos: gobiernos a todos los niveles (comunitario, estatal, autonómico y local), empresarios y trabajadores. Solo con una acción colectiva firme y un enfoque multidimensional se puede mejorar la situación. En este sentido, tenemos el reto de asegurar la coherencia efectiva entre las políticas económicas, de empleo, de educación y formación, y de protección social.

En días recientes, se publicaba un estudio que alertaba de que muchos jóvenes concluyen o abandonan su educación sin haber adquirido las habilidades necesarias para integrarse en un puesto de trabajo. Los datos aportados ponen el foco en la necesidad de alinear mercado laboral y formación para garantizar la empleabilidad. Un reto que ha de dirigirse, además, en consonancia con las estrategias de desarrollo nacional.

En este sentido, nos corresponde a los empresarios un importante papel. Es cierto que las empresas no son centros de formación, pero pueden contribuir a la transición entre la escuela y el trabajo. Requiere un esfuerzo específico que estamos dispuestos a hacer, explorando modalidades de adquisición de experiencia laboral y formación en la empresa. Debemos apoyar, además, todas las iniciativas que faciliten la adquisición de competencias y conocimientos básicos a quienes abandonan la escuela prematuramente.

Se requiere un compromiso más intenso de los empleadores, porque hay que reconocer que desde las empresas no hay, a día de hoy, una proactividad en la incorporación de estos jóvenes a las plantillas. Necesitamos un mayor empuje en este sentido para ofrecer una segunda oportunidad que libere a estos jóvenes de la etiqueta de "ninis". Un mayor impulso en el que Administración y empresa han de ir de la mano.

En este camino, se han suscrito ya varias colaboraciones ente las organizaciones empresariales y el Ejecutivo para colaborar en la inserción laboral de estos colectivos con especiales dificultades en el acceso al empleo. El Gobierno de España cuenta con la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016, que desarrolla Iniciativa de Empleo Juvenil propuesta por el Consejo Europeo y sustanciada en el Sistema de Garantía Juvenil, que pretende asegurar que todos los jóvenes menores de 25 años reciban una buena oferta de empleo, educación continua, formación de aprendiz o un período de prácticas en un plazo de cuatro meses tras acabar la educación formal o quedar en desempleo.

En este marco, el Diario Oficial de Galicia publicaba hace unos días una Orden de la Consellería de Traballo e Benestar por la que se ampliaba la dimensión de las ayudas a las empresas para contratar a jóvenes con este perfil, asumiendo la Administración el 100% de los costes salariales de estos trabajadores durante dos años para contratos indefinidos. Valoramos este esfuerzo positivo de la Xunta de Galicia y queda en nuestras manos aprovecharlo plenamente.

En ese sentido, desde la Confederación de Empresarios de Galicia, hemos propuesto a la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria la puesta en marcha de un proyecto formativo en el que empresarios senior de Galicia tutoricen la labor de emprendimiento y formación profesional de los jóvenes.

Creemos que este es uno de los mayores desafíos que tenemos que resolver a través del Diálogo Social y la cooperación con las administraciones. El factor trabajo es el más importante de nuestra economía. No podemos permitirnos una generación perdida.

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