El pasado 24 de mayo el PPdeG le vio las orejas al lobo. Perdían 143.867 votos en las urnas, nueve puntos menos que cuatro años antes, y se encendían las luces de alarma de cara a las elecciones autonómicas de 2015. La mayoría absoluta estaba en el aire y ya no valía Madrid (la marca que no suma, los recortes ministeriales, la corrupción, ...) como único argumento para justificar la pérdida de apoyos electorales. Ese día se empezó a gestar la crisis de gobierno que acaba de cerrar Feijóo, la mayor remodelación emprendida por el líder del PP gallego y, en esta ocasión, sin excusas. Lo admitía horas después de la toma de posesión de los nuevos conselleiros, y precisamente en Vigo, donde en mayo perdió 22 puntos, al recoger solo el 20% de las papeletas depositadas en las urnas. Reconoció que destituyó a Rocío Mosquera tras "escuchar" a la ciudadanía y admitía "deficiencias" en la gestión del nuevo hospital Alvaro Cunqueiro.
El titular de la Xunta ya no podía en esta ocasión envolver la remodelación de caras con elementos externos sobrevenidos, como las elecciones generales que se llevaban conselleiras a Madrid o comicios municipales que desviaban conselleiros a las candidaturas de grandes ciudades. Feijóo ya no podía esperar a un contexto favorable que le permitiese enmascarar que en realidad prescindía de quien ya no le valía, como hizo en enero de 2012 cuando envió a Marta Fernández Currás, la responsable del estrepitoso fracaso de la fusión de las cajas de ahorro, con Montoro y a Pilar Farjas, cuestionada por el catálogo de fármacos, con Ana Mato. El tiempo apremia y así a pecho descubierto Feijóo ha afrontado sin tapujos una crisis de gobierno de calado.Todo pensado para dar un paso atrás, volvemos a un Ejecutivo con 10 consellerías como en 2009, y coger impulso de cara a los comicios autonómicos.
Al prometer renovación de caras, políticas y actitudes, el líder del PPdeG, del que ya nadie duda que optará a un tercer mandato en Galicia, se rectifica a sí mismo. No solo descarga culpas en Rocío Mosquera. Al desdoblar Medio Rural y Mar admite un error. No siempre se puede "hacer más con menos" como prometía en enero de 2012 al fusionar departamentos, pero rectificar es de sabios, sobre todo si se hace con tiempo para amarrar la mayoría absoluta. Así que ha decidido mover ficha.
Feijóo suma al nuevo Gabinete a tres políticos, procedentes de la arena municipal, y desdibuja el perfil técnico de su Gabinete. Feijóo que cubría los huecos de su Consello con altos funcionarios de la Administración autonómica en esta ocasión cambió de táctica y giró la mirada hacia el partido para incorporar a tres exalcaldes.
A un año de los comicios gallegos, Feijóo se erige en cabeza de cartel porque si quería irse, era el momento de señalar a su sucesor y todo sigue cual está. Alfonso Rueda se mantiene como vicepresidente, su político de mayor confianza, y Francisco Conde se refuerza como el gran gestor del área económica.
