Aunque eso de hablar bien de los demás, difundir saberes y hablar de cosas interesantes que puedan beneficiar a las demás personas aquí no está bien visto porque por desgracia mola más poner el vecino a parir y sacar los trapos sucios de quien sea, al aire, hoy voy a ir contra corriente y sacar a la luz, en provecho del saber y conocimiento general del respetable, algo que a los de a pie no llegaba por ser privilegio de solo un puñado de gentes que de alguna u otra manera ostentaron el poder desde que el mundo es mundo. Claro como el agua es que la ley se hizo para proteger un bien, ya sea físico o espiritual, es decir al poder. Me explico? el que tiene poder ya sea económico o fáctico, necesita la ley porque es quien puede pagarla y porque la necesita para proteger sus bienes. Los demás, como se dijo siempre? "a freír espárragos".

La cantárida

Lytta Vescicatoria (Linnaeus 1758), conocida vulgarmente como Mosca Española, es un insecto coleóptero fácilmente identificable por su metálico color verde esmeralda metalizado, llega a los 22 mm de longitud y una anchura de 8 mm. Este singular tipo de escarabajo anida en el suelo y vive predominantemente en climas cálidos. En la Península Ibérica podemos encontrarlo en bosques de fresnos, saucos, álamos o en las hojas tiernas de los olivos. Parasitan a las abejas y anidan en el suelo. Al compuesto químico que se obtiene desecando y pulverizando el cuerpo de este insecto se denomina cantaridina. Los chinos lo utilizaron como uno de los componentes de la primera bomba fétida. Pero su uso más frecuente y por el que se ha consumido a lo largo de la historia ha sido el de potente afrodisíaco, ya que dilata los vasos sanguíneos facilitando la erección prolongada en los hombres y estimula la percepción nerviosa en la zona donde se haya aplicado el compuesto. Hoy en día su uso está prohibido, para estos fines, aunque sí se utiliza para ayudar a los animales en el apareamiento. Al menos desde tiempos de los romanos, la civilización occidental conoce las facultades vigorizantes de "la mosca española" a nivel sexual, similar al producido por la actual Viagra.

La Historia

Pues la cosa es que desde que los padres de la medicina como Hipócrates ya hablaban de la cantaridina, un potente alcaloide conocido por su potente efecto vesificante y vasodilatador, que tras su ingesta en dosis controladas, produce un efecto similar al de la actual "Viagra". Plinio "El viejo", en su obra "Historia Natural" la cita hasta en 14 ocasiones: "tiene la propiedad de quemar la carne?también provocan la orina; por esto las daba Hipócrates a los hidrópicos". Disocórides le atribuye propiedades litontrípticas y también describe sus peligros, puesto que al ingerirse "hacen orinar sangre y corroen la vejiga y los riñones". También conocía sus efectos sobre la erección: "tiene tanta eficacia en provocar la luxuria estos animalejos". El emplasto vesicatorio cantaridado fue inventado por Areteo de Capadocia en el s. I d.C. Livia, esposa de Cesar Augusto, con fines políticos, lo mezclaba con la comida y se lo ofrecía a los enemigos de su marido para alentar las indiscreciones sexuales de éstos y luego chantajearlos. De Gordonio recomendó también este emplasto junto con la ceniza de escorpiones para la litiasis renal en forma de decocción. Usada por ilustres como Giacomo Casanova o el Marqués de Sade, para aumentar la líbido de sus "presas" , este fue acusado y condenado a pena de muerte de sodomía y envenenamiento por utilizarla sin control durante una orgía en Marsella en la que estuvo involucrado en el verano de 1772, el llamado "caso de Marsella" porque se le fue la mano? y que costó la vida a varias "damas" y enfermó a otras tantas, a lo que alegó que a él le iba muy bien y que las mujeres habían abusado de la sustancia por ser unas viciosas, ya que la cantárida ingerida por vía oral causa irritación de la mucosa gastrointestinal, vómitos, mareos y diarreas que de forma incontrolada puede derivar en fallo renal y causar la muerte. Como veneno, abortivo, excitante e incluso contra la alopecia, la cantárida volvió al panorama francés de mediados del XVII gracias a las "pastillas Richelieu" afrodisíaco de referencia hasta el siglo XVIII, en el que estuvo de moda como caramelos. Y que facilitaba una forma muy discreta de asesinar a alguien sin dejar rastro. El envenenamiento era entonces detectado al observar el efecto vesicante (cáustico) producido tras frotar una emulsión de aceite, en la que es muy soluble, en contacto de las vísceras del fallecido contra la piel afeitada de un conejo. Laguna no las cita, lo que sin duda no se debe a su desconocimiento, sino a los posibles accidentes que provocaron en sus enfermos su aplicación o ingestión. En 1868 Armand Trousseau le dedica hasta 10 páginas citando los accidentes renales con hematuria que provocan las aplicaciones de vesicatorios cantaridados además de la erección espontánea, gangrena peneana y metrorragia a las mujeres. Cita diversos autores que las utilizaron desde Hipócrates, Plinio, Werloff, Bartolino o Dupuytren, entre otros. De hecho, en la farmacopea española de 1930 todavía se describe. Actualmente lo usan ocasionalmente los dermatólogos como abrasivo en el moluscum. Su indicación princeps era la vesicación, técnica que formaba parte de terapéuticas llamadas derivativas como la purgación o la sangría. Su acción se debe a la cantaridina (C10H12O4), farmacóforo aislado por Robiquet (1780-1840) en 1810. De hecho 2g de polvo de cantáridas pueden matar a un adulto. Curiosamente se trata del primer tratamiento efectivo empleado para la disfunción eréctil. Su aplicación médica por su efecto abrasivo, se usaba para generar ampollas capaces de facilitar la absorción de medicamentos contra otro tipo de afecciones. Ésta fue probablemente la causa del fallecimiento de Simón Bolivar, narrada por Gabriel García Márquez en su magistral obra El General y su laberinto como consecuencia de la aplicación de un emplasto vesicante de cantáridas para tratar un catarro, con 5 parches en la nuca y 1 en la pantorrilla, por el doctor Réverend. La hematuria es consecuencia de la necrosis del urotelio generalizado que provoca la cantaridina. Fueron demasiados los "Grandes" supuestamente fallecidos en el intento de satisfacer la lívido de sus jóvenes esposas y la suya propia de camino envenenados tras la administración de una dosis letal de cantárida, en busca de una erección involuntaria de su también "ilustre miembro", y para los que la historia seguro ha descrito una forma de morir "menos honrosa".

Fernando y la cantárida

Así al menos se cree que falleció Fernando II de Aragón llamado "El Católico", viudo entonces de Isabel y 36 años mayor que la joven Germana de Foix, con quien contrajo matrimonio tras la muerte de la regente. El veterano Fernando buscó con empeño engendrar un heredero en su nueva esposa. El matrimonio levantó las iras de los nobles de Castilla y de la dinastía de los Habsburgo, ya que lo interpretaron como una maniobra de Fernando el Católico para impedir que el hijo de Felipe "El Hermoso", el futuro Carlos I, heredase la Corona de Aragón. Una hemorragia cerebral a consecuencia de una sobredosis de Cantárida se baraja como la causa más probable de fallecimiento del monarca. Según Jerónimo Zurita, cronista del Reino de Aragón, el Rey sufrió una grave enfermedad ocasionada por un "feo potaje que la Reina le hizo dar para más habilitarle, que pudiese tener hijos. Esta enfermedad se fue agravando cada día, confirmándose en hidropesía con muchos desmayos, y mal de corazón: de donde creyeron algunos que le fueron dadas yerbas".