La Fiesta de la Flor nació antes y después llegó la Fiesta de la Banderita, pero terminó por hacerse más popular. "Las chicas de la Cruz Roja", película de culto interpretada en 1958 por Conchita Velasco, Katia Loritz, Mabel Karr y Luz Márquez, contribuyó mucho a su buena causa.
Frente al canje de una flor por un donativo que ofrecía la primera, el objeto del deseo de la segunda era una pequeña banderita de papel con la cruz roja impresa y un alfiler como mástil (la pegatina no estaba inventada) que las chicas postulantes prendían con suma delicadeza en la solapa de la chaqueta del dadivoso cooperante. Los más generosos, de cien pesetas para arriba, recibían una insignia metálica con la cruz roja, símbolo de distinción. Y los chavales se pirraban aquel día de principios de agosto por llenar sus jerséis de banderitas.
Cada institución o sociedad importante tenía su mesa petitoria: el Ayuntamiento en la plaza de España; la Diputación en García Camba; la Falange en General Mola; la Marina en la plaza de San José; el Liceo Casino en Benito Corbal, etcétera. La asamblea provincial se reservaba siempre la plaza de la Peregrina, delante del atrio de la iglesia. Al frente de cada mesa estaban las señoras "de" las autoridades correspondientes.
Entre las chicas postulantes que recorrían las calles y pertenecían a las mejores familias, se establecía una sana competencia recaudatoria. La pareja que lograba más fondos veía luego su gesta reflejada en los periódicos del día siguiente.
