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Decano del Colegio de Economistas de Ourense

Camino hacia la reactivación

La crisis económica global que se inició a mediados de 2007, y eclosionó definitivamente en 2008, ha afectado de manera muy especial al sector de la construcción. El galopante y continuado crecimiento del desempleo de 2008 a 2013, la restricción crediticia derivada de la profunda crisis financiera de esos años, los recortes en la inversión pública, y un exceso de oferta inmobiliaria fruto de lo que se dio en llamar la "burbuja inmobiliaria", son solo algunos de los motivos que llevaron a que el sector de la construcción, que hasta entonces había sido el motor del crecimiento económico y generador de un alto porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB)de nuestro país, padeciera la mayor crisis de la historia.

El desequilibrio que venía arrastrando la construcción provocó que sea este sector uno de los que ha sufrido con especial virulencia los efectos de la crisis. Con ella desaparecieron en Galicia entre 2010 y 2014 cerca de 400 empresas constructoras y las que sobrevivieron han tenido que adaptarse a un nuevo escenario. Efectivamente, en los últimos años hemos visto como empresas que hasta ahora se dedicaban a la ejecución de las obras que licitaban las administraciones públicas o a construir importantes promociones de edificios nuevos destinados a abastecer un insaciable mercado especulativo, orientan ahora su actividad hacia un nuevo mercado: el de las reformas, que hace tan solo unos años despreciaban. La caída de las ventas de vivienda nueva se ha visto compensada, en parte, con un incremento de transacciones de vivienda usada más asequible; y es esta una de las causas del aumento de demanda de servicios de reformas.

Resulta osado atreverse a afirmar a día de hoy que ese desequilibrio está superado y que hemos iniciado una nueva etapa de bonanza para al sector de la construcción; en mi opinión todavía estamos lejos de alcanzar ese punto, aunque considero que el sector de la construcción en Galicia y en España camina hacia su recuperación; en todo caso no tengan la menor duda que, al igual que en otros muchos aspectos de nuestra vida, los tiempos futuros serán muy distintos de los del pasado y esto tal vez debamos verlo como algo muy positivo.

En cuanto a la recuperación de las inversiones de las administraciones públicas es de esperar un ligero incremento de las licitaciones como consecuencia de la mejoría de la economía de n uestro país; esta recuperación permite ya un esperado cambio en la política de nuestros gobernantes que debe derivar hacia el abandono de la senda de los recortes y, por el contrario, la ejecución de inversiones productivas y dinamizadoras de la economía.

De otra parte, es de resaltar que en España se dan unos de los mayores porcentajes de vivienda en propiedad si nos comparamos con otros países de nuestro entorno o similares en cuanto al nivel de renta. En nuestro país seguimos teniendo una cierta obsesión por tener una vivienda en propiedad, algo que en otros países no se produce. Esto ha favorecido de manera especial las inversiones especulativas en el sector de la construcción que han ayudado al desarrollo de la burbuja inmobiliaria en España. ¿Se han parado ustedes a pensar en las ventajas e inconvenientes de la vivienda en propiedad en contraposición a la vivienda en alquiler?; si no lo han hecho les invito a que se animen a hacerlo; el resultado puede que les sorprenda. Permítanme que les apunte el que considero es el mayor inconveniente de apostar por la primera opción: nuestra vivienda en propiedad puede suponer una verdadera atadura e impedimento ante una posiblemente necesaria movilidad laboral. En la actualidad los cambios de trabajo son cada vez más frecuentes y se producen en periodos más cortos de tiempo, y muchas veces estos conllevan la necesidad de cambiar de ciudad, provincia o incluso país; por ello, más pronto que tarde, se irá produciendo un incremento de la demanda de vivienda en alquiler que animará la promoción de nuevas viviendas orientadas al arrendamiento por sus promotores y no a la venta. Esto no es ajeno a las administraciones públicas que estas promoviendo cada vez más vivienda pública para alquiler en detrimento de las conocidas viviendas de protección oficial (V.P.O.) destinadas a la venta.

Los indicadores económicos nos animan a ver con un prudente optimismo el futuro, y buena prueba de ello es la mejora del índice de confianza de los consumidores; no obstante, Galicia está entre las tres comunidades que más gravan la fiscalidad en la compra-venta de viviendas y es por ello que la reactivación del sector de la construcción en Galicia estará en parte condicionado por la ejecución de una ansiada reforma sobre la fiscalidad de la compra, venta y reforma de la vivienda.

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