No por esperado causa menos malestar el hecho de que la dirección del Complejo Hospitalario de Pontevedra cierre en periodo estival un centenar de camas.
Quien está a la espera desde hace meses por una operación quirúrgica le resulta difícil asimilar la medida, porque teme ver reducida sus posibilidades de que le llamen en un plazo razonable.
El enfermo que figura como un número en la lista de espera no entiende esas estadísticas del Sergas que indican que en determinadas estaciones del año, como parece ocurrir en los meses de verano, hay menos enfermos que atender. Muy al contrario, el paciente pensará que si hay menos enfermos sería precisamente ahora el momento de emplear todos los recursos para aliviar la extensa lista de espera quirúrgica, porque los hay y muchos que ya tendrían que estar operados y, en cambio, siguen sin cita ante su desesperación y la de sus familiares.