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John Nash, una mente prodigiosa y una vida trágica

El Nobel de Economía y premio "Abel", que logró recuperarse de una esquizo frencia paranoide, era un genio de las matemáticas

Acaba de morir en un accidente de tráfico John Nash (el nombre completo es John Forbes Nash Jr.), una de las mentes maravillosas de la economía y las matemáticas del siglo XX, perseguido por un destino singular que pocos científicos compartimos, ni en lo sublime ni en lo trágico. Su sorprendente peripecia vital es conocida del gran público por la excelente biografía de Sylvia Nassar, "A beautiful mind", 1999, y aún más por el film de Ron Howard, protagonizado por Russell Crowe. Tuvo las mejores cartas y las peores y las jugó lo mejor que supo.

John nació en Bluefield, W. Virginia, EE UU, en 1928. Su padre era un ingeniero eléctrico, que fue profesor de la Universidad de Texas. No parece haber grandes signos en su infancia, era un niño más bien solitario al que le gustaba más leer que jugar, lo que no parece muy grave. De adolescente le interesaron las matemáticas y la química. Pero es posible que en esa época ya tuviera arraigada una altísima opinión de sus capacidades, que le llevó con el tiempo a un marcado egocentrismo y dificultades para simpatizar con sus colegas, que fue un trazo característico de su edad madura.

Empezó sus estudios universitarios en la Universidad Carnegie Mellon para estudiar ingeniería química. Pero su habilidad para las matemáticas era tal que sus profesores le aconsejaron dedicarse a ellas, y así terminó en la Universidad de Princeton para hacer el doctorado en matemáticas en 1948. La carta de recomendación de Richard Duffin contenía una única línea: "Este hombre es un genio".

Decenio glorioso. Entramos en la época gloriosa de su vida, que durará hasta 1959 aproximadamente. En Princeton conoció a Albert Einstein y John von Neumann, que le influyeron poderosamente. El joven Nash era un genio matemático y quería causar una profunda impresión. Leyó la tesis doctoral a los 21 años con Albert Tucker sobre juegos no cooperativos, uno de los temas que fundamentó su fama. En particular, el concepto de equilibrio de Nash planteado en el marco de la teoría de juegos es un concepto matemático que resulta fundamental en la ciencia económica moderna. Sus contribuciones a la teoría de juegos, a la geometría diferencial y a las ecuaciones en derivadas parciales consolidaron su fama de talento extraordinario. Para asentar su fama Nash escogió cuidadosamente nuevos problemas considerados de la máxima dificultad y se dedicó a resolverlos con su infinita energía y sin leer lo que habían escrito otros autores para no ser influido (práctica bastante lejana a lo que solemos hacer los científicos, pero nada descabellada aún si no eres un genio). Sus éxitos le llevaron a ser propuesto la medalla Fields, el Nobel matemático. En 1957 se casó con una alumna suya del MIT, de origen salvadoreño.

Tragedia. La pérdida del equilibrio personal. Pero tras este panorama exitoso se estaba incubando la tragedia que cambiaría su vida. Tras un año de matrimonio se le diagnosticó esquizofrenia paranoide y nada volvió a ser igual. Veía conspiraciones contra él, tenía alucinaciones que tomaba por muy reales. Sus colegas fueron conscientes de que algo iba muy mal cuando dio una conferencia incomprensible en Columbia University en 1959. Por supuesto el premio no llegó. En 1963 se divorció de su mujer. En el largo período hasta 1970 John Nash desapareció del reino matemático para vivir en su extraño mundo.

Ardua vuelta a la normalidad. Entre 1970 y 1980, con no poco esfuerzo personal de autoestudio y superación, con la ayuda de los médicos, de Alicia y de la comunidad matemática de Princeton que nunca olvidó a su colega enfermo, Nash fue volviendo a la normalidad, las alucinaciones aún le perseguían pero aprendió a ignorarlas.

Es un gran consuelo haber vuelto a la racionalidad, reconocería Nash años más tarde, pero el genio fulgurante que asombró a EE UU se había ido con la recuperación. Se reincorporó modestamente a la universidad, donde se cuentan muchas anécdotas de ese profesor que fue un gran genio de joven. En su edad madura fue entrañable y cercano con la inestimable ayuda de Alicia con quien volvió a casarse.

Época de esplendor. La comunidad científica tiene muchos defectos pero puede también ser ejemplar. Las contribuciones de John Nash a las áreas de matemática y economía le hicieron merecedor de numerosos premios en la última época de su vida. Entre todos ellos destaca el Premio Nobel de Economía en 1994 (junto a Reinhard Selten y John Harsanyi) por su análisis del equilibrio en la teoría de juegos no cooperativos, y sus aportes a la teoría de juegos y los procesos de negociación. Los matemáticos tardaron un poco más, pero en 2015 se le concedió (junto con Louis Nirenberg del Courant Insitute de Nueva York), el muy prestigioso premio "Abel", por sus trabajos fundamentales en ecuaciones diferenciales parciales

Tragedia final. A la vuelta de la ceremonia de recogida del premio en Oslo, el taxi en que viajaban John y Alice por la New Jersey Turnpike se estrelló el 23 de marzo y ambos perecieron. Final trágico para una vida genial y trágica.

*Matemático. Catedrático de la Universidad Autónoma

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