Opinión

CEFERINO DE BLAS

¿Revisionismo histórico o ideológico?

Cada mes de marzo surgen propuestas de revisar la versión al uso de la Reconquista y el papel de sus personajes. Aunque más que historiadores son comentaristas del acontecimiento quienes rebaten la veracidad de las teatralizaciones del Casco Vello, que atraen a miles de personas.

El guion que se interpreta, y el los personajes que lo representan, pasan por ser una reproducción fiel de los hechos acaecidos.

En consecuencia, concluyen los revisionistas, como existen distorsiones históricas deben corregirse.

Ante la discrepancia de las versiones, para ser coherentes, haría falta una relectura acordada, a cargo de historiadores de reconocido prestigio y pactados. El dictamen que emitan, de cómo ocurrieron los hechos y cuál fue el verdadero papel de los personajes, sería la "verdad histórica", aunque la expresión resulte exagerada. Y las futuras representaciones teatrales del Casco Vello se atendrían a lo acordado.

A efectos prácticos, deben ser los vecinos del Casco Vello, que organizan la fiesta, los que pongan las condiciones de ese eventual estudio y acepten el resultado. Si para ellos la historia está bien contada, y la representación es la adecuada, la polémica resulta inútil.

Sobre la Reconquista de Vigo existe una copiosísima documentación, ya desde los propios hechos. Comienza con el manifiesto a los "Habitantes de Galicia" del vicealmirante de la flota inglesa, G. Berkley, y los escritos de Pablo Morillo ("Relación de los sucesos ocurridos en la reconquista de Vigo") y de Vázquez Varela, que envían a la Suprema Junta Central, de Cádiz, ya en abril de 1809.

Desde entonces no ha cesado la bibliografía, que recopila el Cronista Oficial de Vigo, José María Álvarez Blázquez, en la introducción al libro de Félix Estrada Catoyra, "Reseña de la Reconquista", de 1909 -centenario de la efeméride-; quizá el texto más completo y documentado.

Pero el primer relato periodístico de la Reconquista se escribe 45 años después de los sucesos. El autor es José Carvajal y Pereira, jurista, diputado provincial y alcalde de Vigo. Pero cuando lo escribió, el 27 de abril de 1854, era director de FARO DE VIGO. Su primer director.

El periódico, uno de los pocos que había en Galicia, contaba medio año cuando rememora por primera vez la Reconquista.

Era un acontecimiento de dimensión europea, ya que supuso la inicial derrota de un ejército que hasta entonces se consideraba imbatible, y la primera liberación de una población de la España ocupada. Además este hecho de armas borraba la leyenda de una Galicia entreguista, como la había calificado el gobierno de Cádiz.

Los documentos que existían eran legajos ocultos en los archivos oficiales del Reino o el Ayuntamiento o el folleto de Joaquín Tenreiro, perdido en alguna biblioteca privada.

José Carvajal quiere que sus vecinos lean en el periódico la historia que hasta entonces solo se contaba oralmente. Era consciente de que pervivía una memoria viva de los hechos.

Por eso escribió con la responsabilidad de dirigirse a testigos directos o próximos. Todavía algunos "lucían heridas" por haber participado en ellos, y los aproximadamente cinco mil vigueses de la época los conocían por la descripción de sus protagonistas.

En consecuencia, al relato se le pedía rigor y ajustarse a los sucesos tal como los vivieron e interpretaban los vecinos.

Aquella primera narración, que gustó a los vigueses, nadie la refutó en su tiempo. A ella se atienen la mayoría de las interpretaciones posteriores sobre lo acaecido en Vigo en marzo de 1809, que valió a la villa el título de Ciudad, y los calificativos de fiel, leal y valerosa.

Con las adaptaciones propias de cada edición, se ha convertido en el libreto de las teatralizaciones del Casco Vello.

Suele pasar con las primeras versiones, que crean opinión y marcan tendencias. Pero los revisionistas, muchas veces, las contraponen con opiniones más que con razones.

Le ocurre a otro fundador del FARO, el poeta vigués José María Posada Pereira, primo de Carvajal, que escribe la primera recensión periodística crítica de "Cantares gallegos" de Rosalía. Los revisionistas lo consideran culpable de haber creado una visión lírica y pastoril de la poetisa que, en su opinión, en nada se corresponde con la realidad social de sus versos. Para ellos, Rosalía de Castro es (casi) una revolucionaria.

El revisionismo histórico, en teoría antidogmático, incide en los mismos defectos de las tesis que pretende refutar, imponiendo su visión subjetiva. Lamentablemente, solapado en el rigor histórico se esconde el revisionismo ideológico. Es decir, de lo que se trata es de imponer opiniones personales como verdad histórica.

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