Segunda oportunidad

Querido David:

Quisiera escribirte estas líneas de admiración, respeto y buenos deseos para tu futuro, aunque ojalá sigas compitiendo.

Me gustaría contarte por propia experiencia que las decisiones a veces no son definitivas. Yo también pensé que mi carrera había acabado en Londres 2012 y cuando tomé distancia empecé a hacer otras cosas, desconecté y me olvidé de la presión de los entrenamientos y de la competición.Esa quizá sea la fórmula para que vuelva a picarte el gusanillo y sigas compitiendo porque eres un súper clase.

La segunda oportunidad que me dio la vida fue para mejor, independientemente del resultado. Te confieso que ha sido como un regalo y que las piedras que pensé llevar entonces en mi mochila en esta segunda etapa ya no fueron tales. Ahora siento que no debo demostrar nada a nadie.

Sé que estar tan lejos de casa es muy complicado y también conozco la sensación de que existe una parte de nuestro entrenamiento como deportista que es invisible, esa que te obliga a cuidarte y a estar centrado en todo momento. Y eso pesa. David, aunque estés a miles de kilómetros de distancia, aquí en España te sentimos muy cerca. Egoístamente como deportista me encantaría verte en los Juegos Olímpicos de Río.

Es verdad que uno nunca puede desvincularse y que le abordan los mismos pensamientos constantemente, pero el mejor consejo que puedo darte, si me lo permites, es que mires la vida desde fuera, hagas lo que te motive y te guste y si llega el momento, puedes volver con más fuerza si cabe.

Ojalá te ocurra como me pasó a mí y decidas seguir en la competición. Te confieso que a mí me quedaba muy lejos Río cuando eché el pie a tierra tras los Juegos Olímpicos de Londres, pero desde que me sobrevino de nuevo la llamada del atletismo y de la competición, me planteo la vida con otra filosofía. Ni siquiera el haberme caído en el Europeo de Praga me ha hecho cambiar esa filosofía de "partido a partido" que promulga Simeone y su Atlético, porque al fin y al cabo lo que importa no son las veces que uno se cae sino levantarse con más fuerza. Ojalá que como lo siento conmigo, haya David Cal para rato. Un beso muy gordo de una gran admiradora tuya.

*Carta abierta pública de Ruth Beitia, campeona europea de salto de altura, a David Cal