Opinión | Personas, casos y cosas de ayer y de hoy

FEDERICO MARTINÓN SÁNCHEZ

Don Quijote en los ex libris

No se me escandalicen queridos lectores por el atrevimiento de referirme hoy a Don Quijote de la Mancha. Uno sabe muy bien de sus limitaciones y de su ignorancia en estudios cervantinos. La bibliografía crítica sobre Don Quijote es extensa, diversa y ha sido argumentada desde todas las perspectivas. Aquellos que quieran analizarla tienen a su disposición, entre multitud de estudios, la obra monumental de Jaime Fernández, S.J. (Bibliografía del "Quijote". Alcalá de Henares: Centro de Estudios Cervantinos; 1995). A lo que sí me arriesgo, antes de entrar en materia, es a subirme a sus barbas, aunque sea una falta de respeto, para recomendarles que lean la novela de Miguel de Cervantes (1547-1616) -pues, se reconozca o no, es bien sabido que la mayoría no lo ha hecho nunca-. Es una aventura suprema, sorprendente y gozosa la que les está aguardando: leer la más grande novela de todos los tiempos. Para hacerlo pueden recurrir a muchas y buenas ediciones, por ejemplo a la dirigida por Francisco Rico (Barcelona: Instituto Cervantes, Crítica; 1998 y múltiples reediciones y revisiones), a la que llegué en su día, casi de forma inmediata a su primera tirada, gracias a la generosidad de mi primo, el filólogo canario Eduardo Falcón Martinón. Es un texto crítico que nos facilita los elementos necesarios para una mejor comprensión de la obra en el contexto literario, histórico y cultural del autor. Para animarles al uso de esta edición recojo las palabras de Luis María Ansón: "Existe un Quijote antes del estudio crítico de Francisco Rico y otro después [?]. Su trabajo de investigación es ciertamente inconsútil, carece de costuras". Y por si les queda alguna duda, para facilitar aún más la lectura de Don Quijote y hacerlo comprensible a todos, según la editorial Destino, dispondremos, desde el 2 de junio, de una "traducción" integra y fiel al castellano actual, realizada por el experto cervantista Andrés Trapiello y prologada por Mario Vargas Llosa. El propio prologuista nos dice: "La obra de Cervantes se ha rejuvenecido y actualizado, poniéndose al alcance de muchos lectores a los que el esfuerzo de consultar las eruditas notas a pie de página o los vocabularios antiguos, disuadían de leer la novela de Cervantes de principio a fin [?] Ahora podrán hacerlo, disfrutar de ella y, acaso, sentirse incitados a enfrentarse, con mejores armas intelectuales, al texto original".

El momento no puede ser más oportuno. Por un lado, está la confirmación -sin discrepancias aunque sin ADN- del hallazgo de los restos de Miguel de Cervantes y su esposa, Catalina de Salazar, en la cripta madrileña de las Trinitarias. Y, por otra banda, celebramos el cuarto centenario de la primera edición de la segunda parte de Don Quijote, aparecida en 1615 y dedicada al Conde de Lemos , particularidad sobre la que disponen de un buen análisis de José Ángel Otero Ricart en FARO DE VIGO del 15 de marzo de 2015.

Lo que sí es cierto es que el que les escribe es bibliófilo hasta donde le permiten sus capacidades, sus economías y, gracias en gran parte a la generosidad de sus amigos. En consecuencia, es también conocedor del los ex libris (véase: El ex libris, acta de propiedad y vínculo. Faro de Vigo, 09.06.2013). El ex libris (en escritura separada), ex libris (trabado por guión para asegurar el sentido unitario) o exlibris (junto por ser sustantivo compuesto con sentido individual) es, según el diccionario de la RAE (23ª ed., 2014), la "Etiqueta o sello grabado que se estampa en el reverso de la tapa de los libros, en la cual consta el nombre del dueño o el de la biblioteca a que pertenece el libro".

No dedicado

Uno no se ha dedicado especialmente al coleccionismo de ex libris, pero sí tiene bastantes libros, de los cuales muchos son usados y en los que sus anteriores propietarios han dejado constancia, mediante un ex libris -locución en genitivo que de modo literal expresa: "de (entre) los libros" de su biblioteca-. Entre estos registros de la propiedad libresca, la aventura de Don Quijote es el tema más repetido. De esta preferencia por lo influencia cervantina y quijotesca hay buena constancia, no solo en los adheridos a los libros, sino también en colecciones especializadas y en las monografías y artículos sobre el tema. La primera catalogación de ex libris cervantinos y/o quijotescos fue ejecutada por el ingeniero José Herrero Angelats (1926-2000), concluida en 1992, y en la que llegó a reunir 1975 estampas de propiedad. La última que conozco es la recopilación del doctor Gian Carlo Torre, en colaboración con José Miguel Valderrama Esparza y el editor portugués Artur Màrio da Mota Miranda, recogida en un excepcional libro, en edición limitada a 300 ejemplares, que acopia 2200 ex libris de 800 artistas y 900 titulares (La aventura de don Quijote en los ex-libris. Braga 2003). Todos los ex libris están reproducidos respetando sus dimensiones y colores primigenios y cada ejemplar contiene 11 originales. El propio Gian Carlo Torre atesora una de las colecciones más importantes del mundo que supera las 2.000 unidades. Mediante cesión temporal a la Cátedra Cervantes de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), gracias un proyecto de colaboración con el Proyecto Cervantes de la Universidad de Texas, pudo ser catalogada y digitalizada, por lo que disponemos de un archivo electrónico de la colección, publicado en Internet, que puede ser visualizado por todos los interesados en los ex libris en general y en los de temática quijotesca en particular (http://www.uclm.es/catedracervantes/).

Se ha especulado mucho sobre posibles primeros ex libris cervantinos, pero el más antiguo localizado y reproducido es uno del pintor y grabador francés Víctor Prouvé (1858-1943), realizado en 1886 para el también exlibrista y diseñador René Wiener (1885-1939). Es considerable el número de artistas que han contribuido a su ejecución, entre los que el más prolífico ha sido el checo Jaroslav Vodrazca (1894-1984), seguido del portugués Eduardo Dias Ferreira (1921-1991).

Finalmente no olvidamos la necesidad de una clasificación que puede considerar distintos aspectos: nacionalidad, cronología, artistas, coleccionistas, estilos o temática. Asimismo se han creado exlibris cervantinos que se escapan del texto literario y que representan la condición y la intención, contemporánea o incluso futurista, del que los encargó -"don Quijote in progress"-. Para todo ello les remitimos a la obra de Gian Carlo, porque es nuestra intención dejar hoy espacio a las reproducciones de los exlibris, cuyo lenguaje expresivo y gráfico, debe dominar sobre el texto del artículo de hoy.

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