Teníamos un centinela oteando el horizonte desde la puerta del Real Club Náutico, presto a dar el grito de alarma a casi un centenar de conspiradores que estaban agazapados en el salón central de esta sociedad. El vigía tenía que avisar cuando llegara la jueza Lola Galovart, citada de modo engañoso y con malas artes en el lugar para tenderle una trampa. Pero no era una represalia, no, por pasadas decisiones judiciales, sino lo contrario, una recepción jubilosa que le hacían sus amigos por entrar ese día en la edad de los sexingtones, es decir, por cumplir la pena de 60 años (y un día). Llegó la sentenciadora sin toga alguna y héteme aquí que, al subir al salón ajena a lo que se cernía sobre ella,encendiéronse las luces y, si aquí apareció su hombre, el ex alcalde Ventura Pérez Mariño, allá el socialista Pepiño Blanco, las juezas Teruca Conde o Isabel Durantez,el guitarrista David Russel, la presidenta consorte del Celta Geli Terrazo, Marisa Barrio, Juan Vaqueiro,Paco Alfaya (el que pone voz donde no la haya), Paqui Domínguez y Paco Fumega (que de vello, gaiteiro), Maribel Vázquez de la Cruz (luminosa tras su forzado reposo óseo), Ángel Corona, Maté y su Paloma, Mara Costas, Chema Cancelo... En fin, que la magistrada, metida por cierto en nobles causas oenegéticas, recibió el amor de los presentes entre canapés y vinos y juró en público intentar ser feliz para siempre.
Mané el del goianesado
Yo lo vi por la Plaza de la Constitución un día de estas Navidades, como invadido por oleadas de recuerdos. ¡Cáspita!,me dije, si es el mismísimo Mané Villa venido desde Tomiño y, más concretamente, del principado de Goián. Nos tomamos un café en Don Gregorio con Superpiñeiro, con el que yo había quedado para darnos un abrazo navideño, y Mané aprovechó para hablarme de su pueblo. Que si Goián tan paradisíaco como siempre, que si había sido abuelo con Dulce, que si Juan Peixoto andaba un poco bajo de tono pero farruco como siempre, que si me había gustado la postal que me envió de esa colección personal del pintor Antonio Fernández que él atesora... Mané no avisó de su llegada y yo salía hacia Portugal, así que no tuvimos tiempo de comer o embebernos pero llenó el centro de Vigo de oxígeno miñoto.
Y Superpiñeiro, de libro
Y ahora estoy oyendo cantar "hai días nublados e días de sol, hai ventos cruzados e vento a favor, e hai noites espidas, tan longas tan frías se non hai alguén que lles dea calor"... ¡Claro, es la voz de Superpiñeiro, o fillo de Manolo e Rosa nado en Allariz, y es el CD que incluye su libro "De Piñeiro a Superpiñeiro", de la colección de biografías de Hércules Edicións. Estoy gozando con su lectura, que nos sumerge en la vida de este querido presentador de estela superpopular, profesional, amable, divertida y honesta. El libro es todo color como el alma de Piñeiro, lleno de fotos arrancadas de sus álbumes personales y anécdotas inesperadas desde que de mocoso acompañaba a su padre al bar do Ferreiriño hasta sus muchas amistades televisivas. Leerlo es un placer y hace que se quiera más a este chavalín alaricense, famoso después por la tele de Galicia.
