José Garrido Varela nació en Esgos en el año 1929. Conocido, popularmente, por ser "dos Garrido", como le llamaban a su padre y a su abuelo. En 1951, recién acabado el servicio militar, se incorpora a la gestoría de Carlos Blanco que estaba ubicada en la calle Luis Espada, en el lugar que hoy ocupa el Banco de Santander. En ella se realizaban toda clase de trámites, permisos y documentación para emigrar, sobre todo por aquel entonces a Argentina.

José Garrido se vanagloria de ser unos de los más antiguos y fieles suscriptores del Faro de Vigo, debido que las concesiones de los pasaportes salían publicadas en La Región las de Ourense o en el Faro de Vigo las de Pontevedra y desde aquellas no perdió la costumbre. Carlos Blanco era propietario además de una de las primeras fábricas de gaseosas de Verín. Fabricó gaseosas y oranges, que luego vendió a José Rodríguez Sousa (Sapa) en 1955 y Garrido pasó a llevar la gestión y contabilidad de Gaseosas Sapa, vamos el papeleo, hasta el año 1969, que es cuando se pone por su cuenta con un almacén de vinos y coloniales en la avenida de Vences.

El primer emplazamiento fue en la parte trasera del Cine Oterino entre la calle Luis Espada y la Calle Mayor. Tenía acceso por un callejón al lado del antiguo cuartel de la Guardia Civil, que disponía de un pozo de agua muy fina que no se acababa nunca. Por aquel entonces, Ángel Atanes era el encargado de elaborar el jarabe de las gaseosas y en aquel entones producían 50 o 60 cajas al día, con maquinaria de González Maillo de Valladolid y de Vilella de Barcelona.

Los primeros cascos de 1/3 (botellas) se compraron a Gijón Fabril, luego a La Leonesa y por último a Álvarez de Vigo. En los años 50, las cajas de 10 botellas de litro de gaseosa se vendían a 15 pesetas y las de 24 botellas de 1/3 también a 15 pesetas. Las cajas al principio eran de madera y se fabricaron en Verín, luego en Sela (Arbo) y por último otra vez en Verín, en Mavesa, que estaba en Fontenova.

Los primeros sifones fueron adquiridos a Vilella en Barcelona y llevaban la serigrafía de Carlos Blanco y las cajas la inscripción a fuego C.B. La chapa de cierre de tapón "corona" se fabricaba en "la Artística" de Vigo y posteriormente en Bilbao. Las esencias y la sacarina venía de Barcelona, para la que había que tener un libro de registro que le daba Hacienda para su control debido a que el precio oficial era de 400 pesetas y en la calle podía superar las 2.000, lo cual motivaba que fuera objeto de contrabando.

En el año 1957-58 comenzaron a fabricar en exclusiva para la firma Sanitex de Víctor Dufo que llegó a ser presidente de tónica Schweppes del grupo Rioblanco, que eran quienes suministraban las botellas y las fórmulas de los refrescos de la marca que repartían en Verín, Xinzo de Limia y Puebla de Sanabria, fabricadas con sabor a naranja, limón y gaseosa. Las comercializaban a 15 pesetas la caja de 10 botellas y al mismo precio la de 24 botellas pequeñas, los refrescos Nik de naranja y limón también bajo licencia de Víctor Dufo, quien además proporcionaba las esencias, botellas y el tapón corona de la marca que vendían a 9,50 pesetas la caja de 24 botellas, los refrescos Iris de Puebla de Trives, además de los refrescos Frú-Frú de naranja y limón, la cerveza El Águila de Madrid y la Pepsi-Cola hasta la compra de Kas.

Disponían para el reparto de dos camiones Avia y una moto-carro para distribuir en Verín. El reparto hacia Zamora se hacía por Lubian, en el Bar Celta y el Restaurante Leonor, en El Pereiro y en el establecimiento de Jose María en el Padornelo para seguir a Puebla de Sanabria, en donde contaban con un depósito regulador en el Hotel-Restaurante "Los Perales", llegando hasta Castañeda y Ribadelago.

En el año 1957 Sapa montó una fábrica de hielo con maquinaria de Maillo que funcionaba desde Semana Santa hasta octubre por el Pilar, con una producción de 50 barras de 20 kilos cada 12 horas y que luego vendían a 10 pesetas la barra entera de 20 Kilos, 6 pesetas la media barra y 3 pesetas ¼ de barra.

Toda ésta documentación fue facilitada al autor del artículo por José Garrido Varela, pero hay que dejar constancia de que toda la introducción a la fuente de investigación y personas de la historia de Verín se debe a Francisco Luis Dasairas de Librería e Imprenta Dasairas de Verín.