El Tribunal Superior de Xusticia de Galicia acaba de emitir su fallo por el que desestima el recurso interpuesto por nuestro Ayuntamiento, sobre la distribución de los vocales de la Autoridad Portuaria de Marín, nombrados por la Xunta, por el cual reclamaba los dos vocales para nuestro municipio. No lo estimó así el Alto Tribunal de la Comunidad basándose exclusivamente, según la sentencia, en que todavía está sin deslindar, al día de hoy, los terrenos de la zona de servicios del puerto de Marín. Dándole con ello la razón a la Consellería do Mar, que fue la que efectuó dichos nombramientos. Por ello nos preguntamos: ¿Por qué el Gobierno a través del Catastro, la Xunta a través de la Consellería do Mar, y ahora la Justicia con su sentencia, se empecinan en dividirlo artificialmente si todavía está sin resolver?

Nuestras corporaciones municipales, siempre preocupadas y ocupadas por defender su hegemonía de cuatro en cuatro años, nunca se han preocupado lo suficiente para resolver este problema. En muchas ocasiones hemos hecho llegar a los responsables la necesidad de tomar una serie de decisiones serias y constructivas que pudieran encaminar la resolución de este empecinado problema, tales como incoar un expediente de dominio sobre los terrenos ganados al mar por y para el puerto de Marín e iniciar un expediente de rectificación de los límites municipales en base al "error histórico" producido en 1836 con motivo de la delimitación de los nuevos ayuntamientos. Decisión política-caciquil con la que se perjudicó gravemente los intereses marinenses y se incumplió flagrantemente las normas establecidas para realizar dicha división administrativa, en base a razones impresentables que no tienen la menor justificación. Esta es nuestra asignatura pendiente, y la de las corporaciones municipales, que deberían trabajar sin descanso para restituir de una vez por toda una realidad geográfica, social y económica que nunca se debió transgredir, pues Estribela y Cantodarea forman desde tiempo inmemorial una única entidad social, económica, de servicios y familiar.

Y ante esta situación en 1983 el gobierno aprobó, con la oposición de los marinenses, la ampliación del puerto de Marín en una zona que no cumplía los mínimos requisito, pues debió ser ampliado sobre el muelle comercial, con lo que tendría calado y espacio suficientes. Ahora la decisión está en manos de la Xunta, que debería tener un poco más de seriedad y no tener el expediente encerrado en un cajón, ¿hasta cuándo? Los marinenses estamos esperando una justa y clara decisión. Y lo que ocurre hoy son maniobras político-caciquiles para tratar de consolidar la apropiación de nuestro puerto, que ya deberían estar desterradas hace tiempo, o eso creíamos. Y por eso este empecinamiento en insistir sobre la división artificial del puerto de Marín.