Opinión

ALBERT CANO

Populistas emergentes

La amenaza que se cierne sobre París y Londres con el auge de Marine Le Pen y Nigel Farage

Si no hay sorpresas, en las elecciones al Parlamento Europeo que se celebrarán en Gran Bretaña y Francia podremos comprobar que dos fuerzas políticas marginales en sus ámbitos (hasta no hace mucho) disputarán el primer puesto en dichos comicios. Se trata de UKIP (Partido de la Independencia de Gran Bretaña), liderado por Nigel Farage, y el Frente Nacional, dirigido por Marine Le Pen.

Al calor de la crisis y la puesta en cuestión del proyecto europeo, ambas formaciones han conseguido su ascenso con una base común: la de aquellos votantes procedentes de la izquierda (especialmente, en Francia), cuyas demandas han dejado de ser escuchadas por las grandes formaciones del "establishment", centradas en conquistar el voto de una (cada vez más) inestable y menguante clase media. Tanto Farage como Le Pen han recogido el miedo a los efectos de la globalización y a la "inmigración masiva", que se muestran dispuestos a frenar para contentar a antiguos trabajadores industriales o de servicios, empleados de baja cualificación y/o parados, que no encuentran su lugar en una Europa incapaz de imponer su peso político (como se ve en Ucrania) y económico (resignada a la austeridad que avalan Merkel/Draghi). Aquí también hay variantes del temor al declive de las clases medias (no hay que olvidar que el principal apoyo al independentismo catalán se nutre de estratos medios que temen perder posiciones de bienestar, lo que no incumbe tanto a los niveles altos y bajos), mientras en el resto de España el bipartidismo goza de una "mala salud de hierro"? que quizá se cuestione con el ascenso de partidos regeneracionistas (¿UPyD?) o de mayor radicalidad (¿Podemos?, ¿VOX?), pero sin la amenaza que se cierne sobre París y Londres.

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