Opinión

Calpurnia Abana y San Martín en Ourense

La Arqueología, como ustedes ya saben, entiende básicamente de vestigios materiales. Con su estudio reconstruye el pasado. Pero las fuentes documentales son muchas veces preciosos recursos para completar nuestras investigaciones. Unos y otras trenzan el cuerpo de nuestra historia, aunque muchas veces nos sumerjamos en un pasado con tan poca luz que no es fácil distinguir los hechos reales de las leyendas, si bien éstas siempre tienen una base histórica.

Y es curioso, quizá más de lo puramente anecdótico, que dos personajes no nativos de esta ciudad, pero fuertemente vinculados a ella, estén relacionados entre sí por la oniromancia, por la auguración y sanación a través del sueño. Este ritual de curación se conoce como incubatio. Se basa en la creencia de la transmisión de una revelación divina por medio de un sueño sobrevenido en lugar sagrado, en un santuario.

San Martín de Tours no era nativo de la ciudad de As Burgas, ni siquiera lo era de Tours. Nació en el año 316 d C. en la Sabaria, en la actual Hungría, perteneciente a la antigua provincia romana de Panonia, durante el mandato del emperador Constantino.

Pero su biografía póstuma se relaciona inequívocamente con el devenir de la historia ourensana, especialmente si tenemos es cuenta la obra del P. Enrique Flórez España Sagrada, que con un título mucho más largo, se desarrolló en varios tomos publicados a partir de mediados del s. XVIII.

En muy interesante para nosotros el Tomo XVII, titulado "De la Santa Iglesia de Orense en su estado antiguo y presente" y, especialmente por el tema que nos ocupa, su Capítulo IV.2, "La conversión de los suevos empezó en Orense".

El padre Flórez sitúa hechos muy importantes de la corte sueva en Ourense, cuando menos durante los años centrales del s. VI. Dice que Carriarico era rey en Galicia antes del año 550. También, citando a San Gregorio de Tours, ofrece la misma fecha para la conversión al catolicismo del citado monarca como consecuencia del milagro de S. Martin, lo que aconteció "?en tiempo que S. Martin Dumiense aportó desde el Oriente al Reyno de Galicia. Esto fue por los años 550, con poca diferencia, porque el mismo S. Gregorio dice que este Martín murió en el tiempo de la persecución de Leovigildo contra los Catholicos", alrededor del año 580.

Con respecto al milagro de San Martín y a la conversión del los suevos arrianos al catolicismo, reproducimos otro interesante fragmento del texto del P. Flórez: "A medio del Siglo sexto vuelven à oirse nombres de Reyes Suevos, por haver querido Dios alumbrarlos con la Fè Catholica, en virtud de un milagro que obró Dios por intercesión de S. Martín Turonense, dando salud al hijo del Rey Suevo Carriarico. Este imploró la intercesión del Santo, dedicándole una iglesia que labró en honor suyo, y ofreciendo abrazar la doctrina que los sacerdotes le expusiesen, si alcanzaba la sanidad del hijo. Envió á Francia Embajadores con dones para la Iglesia del Santo; y volviendo à Galicia con reliquias del sepulcro de San Martín, Oyó Dios los ruegos del Monarca. Sanó el hijo y salió à recibir las reliquias. El Rey cumplió sus votos. Abrazó la Fe y siguiole el Palacio".

El documento incorpora al santo de Tours a la historia de nuestra ciudad y en un momento tan importante como arqueológicamente poco conocido, es decir, el tránsito entre el final del mundo clásico y el embrión de la ciudad medieval. A partir de estos momentos, San Martín pasa a ser parte inseparable de nuestro pasado.

Volviendo sobre el asunto de la incubatio, se sabe que este ritual, perfectamente constatado en el mundo antiguo, perduró en las creencias que los peregrinos medievales ponían en práctica en diversos santuarios cristianos. El investigador Julián Acebrón, en su obra El sueño en la literatura castellana medieval, citaba un milagro que se incluye en la obra De miraculis Sancti Juliani, de San Gregorio de Tours. Relata una curación prodigiosa a través del sueño ritual. Cuenta que una mujer, Fedamia, acudió a la vigilia nocturna de la iglesia de San Julián de Brioude, an Aquitania, para pernoctar durante la celebración del acto religioso. San Julián se le apareció a la devota mujer en medio del sueño. Después Fedamia despertó curada de la parálisis que sufría. Pero lo que ahora nos importa es que, según la misma fuente, un hecho milagroso similar tuvo lugar en el templo de San Martín de Tours, como atestigua el también turonense San Gregorio, lo que asocia al patrono de Ourense con rituales de incubatio.

Por todos es conocida la acción caritativa de San Martín de Tours, mientras servía en el ejército imperial destacado en Amiens. Recordemos aquel día de invierno, cuando se encontró con un mendigo semidesnudo que tiritaba de frío. Sin apearse de su caballo, San Martín cortó a la mitad su capa, y le dio una de las partes al pobre, escena escultórica que aparece en la Torre de San Martiño de la catedral de Ourense.

Esa misma noche, en sueños -otra vez el sueño como vehículo para un mensaje-, se le apareció Jesucristo vestido con la mitad de la capa con la que había auxiliado al mendigo y le dijo: "Martín, hoy cuando tenía frío, tú me cubriste con tu capa".

Dos veces se asocia el sueño con en patrono de Ourense, bajo cuya protección y advocación se encuentra la ciudad y su templo mayor.

Pero dejemos ahora a San Martín y retrocedamos unos siglos. Vayamos al s. II dC. al lugar de As Burgas, ese sitio tan emblemático donde encontraremos a Calpurnia Abana Aeboso, un nombre que inmediatamente relacionamos con estas fuentes termales y, por lo tanto, con la ciudad de Ourense. Conocemos a Calpurnia Abana desde el año 1802, gracias al hallazgo de una inscripción en este entorno, en la huerta conocida como "Casa da Tenencia". Fue una ofrenda que esta mujer dedicó a las Ninfas que moraban en nuestras fuentes termales más conocidas, surgencias que identificaban a Ourense hace ya más de 1.800 años. La inscripción grabada en el ara dice: NYNPHEIS / CALPVRN/IA ABANA / AEBOSO / EX VISV / V S L, que significa "Calpurnia Abana Aeboso cumplió gustosa su voto a las Ninfas, bajo la inspiración de un sueño".

Esta mujer galaicorromana que vivió en el s. II dC., tenía un nombre de pila plenamente romano. Seguramente, perteneció al populus galaico dos Aebisocios (Aebisoci), uno de los diez citados en el "Padrão dos Povos", inscripción conmemorativa del año 79 dC. del puente romano romano de Chaves, el Aqua Flavia romana.

Pero de nuevo nos encontramos ante un ritual de incubatio, como denota la expresión ex visu, indicando una curación onírica. Las Ninfas revelaron a Calpurnia Abana las causas de la enfermedad que le afligía, así como el correspondiente remedio sanador para su mal, todo ello a través de un sueño.

Estamos, pues, ante una persona no nativa de Ourense que se vincula definivamente con la vieja Auria a través de un ritual relacionado con dioses y sueños. San Martín, patrón de Ourense y Calpurnia Abana, primer nombre propio de una ilustre visitante que conocíamos hace unos años, tienen una fuerte vinculación con este mundo onírico y ambos llegaron para quedarse para siempre en nuestra memoria. Quizá otros visitantes más antiguos que también se acercaron a As Burgas, participaron de algún rito parecido. Aún no tenemos la certeza, pero personajes como Quintio, Caius Faberus, Titus Flavius, Severus Lupercio y Memius Evaristus, dedicantes de ofrendas a otro dios que moraba en As Burgas, Revve Anabaraego, participasen de un rito similar un siglo antes que Calpurnia Abana, como detectaron las últimas excavaciones llevadas a cabo en As Burgas por el Concello de Ourense.

(*)Arqueólogo municipal.

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