Felizmente recuperada, al menos en lo esencial, se ha devuelto a la devoción y al culto la ermita-santuario de Nuestra Señora de los Remedios de tanta devoción popular. Hay que reconocer y agradecer el empeño personal que en ello ha tenido el obispo Monseñor Lemos y por supuesto agradecer a la Xunta, Concello, Diputación y fieles las ayudas eficaces para que el incendio del 29 de julio del año 2010 empiece a ser solo un triste recuerdo.

Forman parte los Remedios desde el siglo XVI de las referencias entrañables de la ciudad y su popularidad devota fue siempre grande quizá porque situada al lado del Puente, obligado lugar de paso, acercó a los transeúntes a encontrar en la advocación tan conveniente de los Remedios un consuelo eficaz y precioso.

La relación con el Puente famoso ha sido tan grande que con frecuencia se le llama también Nuestra Señora de la Puente. Con las ermitas del Posío y Portobello formó parte de un triángulo de fervores marianos para las gentes de Ourense que acudían a ellas, situadas hasta hace algunas décadas a cierta distancia de la ciudad, por devoción y también por esparcimiento.

El Puente dio también a la capilla la categoría de BIC, es decir el reconocimiento de un bien singular si bien artísticamente no nos encontramos con ningún edificio extraordinario sino con un templo sencillo de tipología casi rural en el que destacan la capilla mayor con bóveda elegante de crucería, las columnas clasicistas, los arcosolios avenerados, en uno el sepulcro con fina talla orante en mármol de un Méndez Montoto y la fachada con imagen pétrea de Nuestra Señora y la heráldica de la familia fundadora. Imagen que estoy cierto responde iconográficamente a la talla original del Santuario, luego vestida y renovada con poca calidad artística en el siglo XIX en una talla de candelero o bastidor. Quizá por ello habría sido acertado recuperar la iconografía auténtica de la Virgen de los Remedios cuando se ha rehecho la imagen para el culto sustituyendo a la calcinada en el incendio.

Pero desde luego si no por calidades arquitectónicas, ni mobiliario litúrgico de excepción Nuestra Señora de Los Remedios es referencia de primer orden en la vida y costumbres devocionales de Ourense. No se entiende Ourense al menos su alma sin devociones como las del Santo Cristo y Nuestra Señora de los Remedios.

Milagros y exvotos

Quiero subrayar esta importancia devocional y hacerlo con los testimonios sencillos pero elocuentes de la piedad popular de los ourensanos viendo en la Virgen de los Remedios una valedora milagrosa, encontrando en ella ayuda y la gracia de su intercesión en momentos concretos, en dificultades y problemas calificadas con espontaneidad como milagros, aunque quizá no pasarían los rigores que hoy la Iglesia exige para esa calificación. Pero para los beneficiados los fueron y lo agradecieron particularmente con los "exvotos" que no faltaron en el Santuario y que desgraciadamente consumió el fuego aunque hay que reconocer que no merecían las debidas consideraciones estando íntegros. No hay duda que este valimiento sobrenatural experimentado y sentido como tal por el pueblo es el cimiento de una devoción secular y viva a esta Advocación de María.

Los exvotos pintados son páginas preciosas de religiosidad y de vida. De acuerdo con un esquema muy generalizado la representación de una gracia tiene una estructura narrativa que parte de la situación del poder sobrenatural, 2º el problema, la enfermedad, el accidente, 3º la petición de la intercesión, 4º la restauración del orden cotidiano y el final feliz. Desde el punto de vista costumbrista reflejan los modos de vestir, las actividades humanas, el mobiliario, el paisaje.

En cuanto a lo que se entendía y de algún modo sigue definiendo el concepto de Milagro Las siete Partidas dicen bellamente "Et para ser tenido por verdadero ha menester que hay en él quatro cosas: la primera que venga por poder de Dios et non por arte; que el milagro sea contra natura, ca de otra guisa no se maravilleríen los hombre del; la tercera que venga por merecimiento de santidad y de bondad que haya en sí aquel por quien Dios lo face; la quarta que aquel miraglo acaesca sobre cosa que sea confirmamiento de la fe."

Las Actas Capitulares del Cabildo de 26 de abril de 1631 nos ofrecen un testimonio de un hecho que se tuvo por milagro, creo que es inédito y elocuente de lo que ya entonces significaba para el pueblo la Advocación de los Remedios. Se trata de el no ahogamiento de una muchacha de Velle arrojada al Río Miño por un pariente y que se mantuvo en la superficie hasta que fue socorrida. En tiempos en los que saber nadar una muchacha era una rareza aquel modo de no perecer tras invocar a la Virgen de los Remedios, tan inmediata al río, se consideró milagroso y un gentío inmenso acudió a dar gracias por ello: "Este día vinieron al cabildo dos señores regidores de esta ciudad y dijeron que Dios Nuestro Señor por intercesión de la Virgen de los Remedios de la puente fue servido de librar milagrosamente a una muchacha natural de Velle a la cual echó en el río Miño un tío suyo desnudándola y encomendándose a la Virgen salió libre del agua deteniéndose la muchacha sobre ella hasta que unos barqueros después de largo tiempo la sacaron, el cual dicho milagro ha sido patente y que convenía mucho publicarle y dar gracias a Nuestro Señor y a la santísima Virgen con procesión general y otras demostraciones. Trátose de ello y ordenaron dichos señores que mañana domingo in albis por la mañana después de acabado todo el oficio de coro vaya el cabildo y ciudad en procesión que se publicará generalmente y irán a Nuestra Señora del Puertobello y de allí a Nuestra Señora de la Puente donde se dirá una misa conforme al intento y volverá a procesión a esta Santa Iglesia. Y así mismo los señores provisores que han averiguada el milagro conforme a derecho hagan hacer un cuadro grande en que esté pintado dicho milagro para qué del haya perpetua memoria. (Al margen) hubo el mayor concurso de gente que jamás en esta ciudad se vio. (ACO ACTAS CAPITULARES Libro 10 fol 193.) Y subrayo que ya entonces se mandó pintar el hecho en una tabla, un exvoto que ya no llegó hasta nosotros.

Diré que el río ha sido el amigo y al tiempo el peligro de Ourense, amado y temido, de otros ahogados hay noticia por ejemplo la partida siguiente de pocos años después, no hubo milagro pero si el difunto se enterró en la ermita, detalle curioso ya que normalmente se ha supuesto que solo tenían ese derecho la familia del fundador: "En cinco de julio de mil seiscientos y setenta se ahogó en el Río Miño junto a la Puente, nadando una caballería Miguel do Rial criado del mayordomo del Sr. Deán, mozo soltero natural de la feligresía de Santa Baia de Anfeoz y le sacaron en siete del dicho mes y luego le enterraron en la ermita de Nuestra Señora de los Remedios junto a dicha puente" ( AHDOURENSE 30.9.5 fol 117 Vº Santa Eufemia)

En la capilla se conservaban una serie de exvotos entre ellos varios barcos que suponen agradecimiento por haber salido indemnes de alguna tempestad o mal viaje, estaban sobre la tumba del fundador y otros los más interesantes, los pintados y escritos sobre tabla, que se calcinaron y que fueron estudiados en su día por Xocas y Paulino Izquierdo: Xaquin Lorenzo Fernández "Muestras de religiosidad popular. Los ex-votos como testimonio de una devoción", en La Región, número extraordinario Festas do Corpus Ourense, 9 de xuño de 1955. Paulino Izquierdo "A capela de nosa Señora dos Remedios. A relixiosidade popular. Os exvotos" (PORTA DA AIRA nº 9 Ourense 2002)

No estaría mal volver a pintarlos y que volvieran a ser en la Capilla evocación ingenua pero preciosa de la devoción. Son obras ingenuistas, "naif" pero llenas de verdad.

Los fotografié hace años los que pude localizar en el coro y sólo los menciono remitiendo para más precisiones a los trabajos citados. No faltan los elementos propios del género. La imagen de la Virgen, el personaje beneficiado ya en la cama enfermo, o arrodillado agradeciendo, y el puente, la capilla o el río o el interior de la vivienda con muestraz del mobiliario: es decir un regalo de curiosidad. Son del siglo XIX. El de María Rodríguez, de La Coruña, agradece en verso haber salido de lo que hoy llamaríamos una depresión. De rodillas da gracias. El de Ramona Novoa una niña desahuciada presenta al padre dando gracias a la Virgen y a la niña en la cama. El de Emilio Muruais, estudiante en Leyes que cayó del arco mayor del puente y resultó ileso y salvo de las aguas desbordadas y caudalosas del Miño, representa al beneficiado ante la Virgen y una representación del puente y de la ermita, los otros dos sólo relatan sin imágenes las curaciones de Don José Méndez y de Manuela García.

Una peregrinación al Santuario.

Las denominaciones de Santuario que ahora quiere hacerse oficial, o ermita, fueron utilizadas con frecuencia indistintamente y ciertamente las dos le convienen. Así en la inscripción sepulcral del fundador, quizá pintada muy posteriormente al sepulcro se habla de Santuario y como Santuario lo denominaba una curiosa noticia de una revista ilustrada de los primeros años del siglo XX, 1904 concretamente y que reproducimos: "Peregrinación al Santuario de los Remedios", con dos fotos de la misma y el texto "El 9 del corriente (octubre) se verificó en Orense una solemne peregrinación al próximo santuario de la Virgen de los Remedios. Solo de la capital de la provincia asistieron según los periódicos de dicha ciudad más de ocho mil personas, que con la concurrencia de las próximas aldeas llegaron a quince mil. El sermón estuvo a cargo del reverendo Padre Martín de Herrera, de la Compañía de Jesús". También el Boletín Oficial del Obispado nº 1616 de 15 de noviembre de 1904 recoge una crónica entusiasta de una peregrinación singular. Estaba la diócesis vacante por lo que el responsable del acontecimiento fue Don Tomás Sousa, Vicario Capitular.

(*) Delegado de Patrimonio de la diócesis.