Siguiendo nuestro caminar por la "Galería de marinenses en el Tiempo", traemos hoy, con motivo del 199 aniversario de su nacimiento ocurrido en Marín el 2 de mayo de 1815, a don Narciso Orelo García, que ya el profesor e historiador local, don José Torres Martínez, recogió magníficamente en su libro "Marinenses en el tiempo", con el lema: "Un benefactor en el olvido", y precisamente para que los marinenses no olvidemos a uno de nuestros hijos, el más grande benefactor de nuestra Villa, lo recordamos hoy. Nacido en el barrio de la Banda del Río, de familia de pescadores del "xeito", participo desde niño como uno más, sin olvidar sus estudios cuando su trabajo se lo permitía. A lo largo de esto años fue madurando el emigrar a la Argentina con la idea de forjar un mejor porvenir, y cuando lo tenía bien decidido le sorprendió la I Guerra Carlista y tuvo que ingresar en filas durante siete años, hasta que en 1843, firmada la paz y libre de sus obligaciones, se embarca rumbo a la ciudad de la Plata en compañía de su convecino don Narciso Nores del Viso, pero la dictadura federalista de Juan Manuel Rosas, les obliga a seguir hasta Chile, para evitar realizar un nuevo servicio militar. A la caída del régimen, en 1852, regresan a Córdoba para establecerse definitivamente en aquella ciudad cuna de la emigración marinense, en la que se encontraban infinidad de convecinos. Estos años compartidos producen entre ambos una profunda amistad que durará toda la vida.

Narciso Orelo se dedica de lleno al sector de los curtidos y la talabartería, llegando a ser el más importante establecimiento del ramo en la fabricación de monturas, sillas, cabezales y otros artículos, que durante medio siglo ejerció un destacado papel en el proceso comercial de Argentina. Dada la complejidad de su empresa decidió asociarse con su amigo Narciso Nores, que ya había trabajado al principio de su llegada a sus órdenes, dándose por finiquitada esta asociación comercial el 18 de enero de 1893, por el delicado estado de salud del Sr. Orelo. Y el 27 de abril de 1893 redacta su testamento nombrando albacea universal a su amigo don Narciso Nores, con los siguientes mandatos: Un tercio de su fortuna lo destinará para financiar el Colegio de la "Inmaculada Concepción", otro tercio para la construcción del nuevo templo parroquial, que una vez concluido fue derribado, así como al sostenimiento de un colegio para niños: el "San Luis Gonzaga", más tarde convertido en el "San Narciso"; y el otro tercio para asegurar el sostenimiento de su hermano, que al fallecimiento sería incorporado a los anteriores. Don Narciso Orelo fallece en la ciudad de Córdoba a primero del año 1894 a los 79 años de edad, dejándonos el ejemplo de su vida austera de trabajo y honradez, coronado por el gesto abierto y desprendido de una entera generosidad hacia el pueblo que le vio nacer.