Opinión

ANTÓN SALGUEIRO

No más embustes con el partido judicial

A estas alturas del debate, cuando han pasado casi dos años desde que Gallardón desvelase sus intenciones para suprimir los partidos judiciales y meses después de que las concretase en un anteproyecto de ley todo el mundo sabe de qué va esta historia, cuál es el problema y, en el caso concreto de Vigo, cuál es el aldraxe que se quiere cometer con la ciudad. No se trata de que vayan a cerrar juzgados, que es a lo que se agarra el ínclito ministro y sus secuaces. ¡Solo faltaría que los cerrasen, estando como está la justicia! Se trata de que pueden trasladarlos. Y en el caso concreto de la mayor ciudad de Galicia, la que más casos judiciales aborda, con enorme diferencia; la más pujante económicamente y con mayor crecimiento, de lo que se trata es de que quieren dejarla como una sede delegada, una mera sucursal de una ciudad seis veces más pequeña que ella. Y en esa ciudad seis veces más pequeña será donde se decidirán cómo, cuándo y quién impartirá la justicia en Vigo. De eso es de lo que se trata, de que se reconozca o no la excepcionalidad de Vigo, sin parangón en Galicia y en España. Lo demás son ganas de marear y confundir a la gente. Y la gente ya está cansada de enredos y engaños.

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