Opinión

Pontecesures, cuna del automóvil de ocasión

Una camioneta Chevrolet, del Garaje Arosa de Vilagarcía, tuvo el honor de ser el primer vehículo de segunda mano que se vendió en aquella feria sobre las diez de la mañana.

A partir de entonces las operaciones se sucedieron a buen ritmo durante toda la jornada: un Buick 1925 del Garaje Núñez, de Santiago; un Chevrolet del Garaje Arosa; un Sedán 1925 de la Agencia Ford de Vigo; un Chandler 1925 de Mariano Sancho, de Vigo; otro Buick 1925 de Marcelino Núñez, de Santiago; y un largo etcétera.

Manuel Neira se llevó el gato al agua en cuanto a ventas se refiere. Este industrial trasladó desde Vigo una caravana de coches de segunda mano que parecían nuevos, de las marcas Essex, Citroën y Hudson. Al menos vendió uno de cada, que fue el justo pago a su apuesta por el certamen.

Tres coches Ford se adquirieron por el sistema de puja a la llana, es decir, a la mejor oferta en vivo y en el momento. Las subastas se celebraron desde primera hora de la tarde y los automóviles de Liste de Santiago, Garaje Galicia de A Coruña y Francisco Rodríguez de O Grove, se adjudicaron respectivamente por 875, 1.500 y 2.500 pesetas.

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