Opinión

El cazador cazado en el Centro Social do Mar

Era como el Ratoncito Pérez pero al revés: en vez de traer, llevaba. Poco a poco, a deshoras y sin alarmar, como el roedor con su taquito de queso. La Policía de Bueu colocó discretamente la ratonera y el muraño cayó en el engaño y, de paso, devolvió la reputación a los inocentes sospechosos. Misterio resuelto, aunque no está claro si el producto ya ha sido digerido o aparecerá debajo de la almohada... O sobre la estantería.

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