Hablar de gaseosas La Granja es como narrar algo muy íntimo de la historia de Ourense. Solo un puñado hemos tenido la dicha de crecer en ese nuevo barrio creado a la sazón en los dominios del Marqués de Riestra. La zona en cuestión se denominaba La Granja Agrícola propiedad del citado marqués y comprendía una gran extensión de terreno dedicado al cultivo de productos de huerta, viñedos y cereales en los alrededores de una gran casa con sus aposentos, establos, su era y un gran patio presidido por un inmenso nogal del que no guardo buenos recuerdos. En lo alto de la rampa Riestra, a la derecha, justo enfrente de la entrada del pazo del marqués de Riestra, en el lugar que ocupa en la actualidad la iglesia del Sagrado Corazón de A Carballeira, existió la primera fábrica de gaseosas La Granja, que tomó el nombre de la granja agrícola de la zona. En ese lugar, en el año 1937 Ángel Eiriz Losada, que tenía su domicilio en la carretera de A Granxa, ? también es casualidad, que había estado emigrado en Cuba, en la que había sido transportista de viajeros en coches de caballos, funda la fábrica de gaseosas La Granja, en la que trabajaría su hija Mª Teresa Eiriz Vázquez nacida en 1911 -mi hermano mayor, Edelmiro Martínez, se casó con una sobrina de Teresa Eiriz, llamada igualmente Teresa Eiriz- y sus nietos Roberto Torres Eiriz -figura como el fabricante Nº 3915 de Ourense- y Julio Torres Eiriz, nacido en 1931, que es quien ha tenido la gentileza de facilitar el sifón y la gaseosa "La Granja" y proporcionar valiosos datos para documentar el contenido de este artículo.

Éste primer emplazamiento era propiedad del citado marqués que había arrendado a Ángel Eiriz, pero un buen día, a instancias del por aquel entonces párroco de Santa Eufemia, D. Amando, que era la parroquia a la que pertenecía el lugar, decidió rescindir el contrato a Ángel Eiriz Losada, sin ninguna clase de compensación, y regalar el terreno para erigir la que es hoy iglesia del Sagrado Corazón de A Carballeira. Eran tiempos en los que el poder de la nobleza estaba muy estrechamente ligado a la Iglesia y no había nada más que hacer que callar? y dar las gracias. Debido a éste percance la fábrica se trasladó a la mitad de la rampa Riestra, que en principio era provisional, y pasó a definitivo porque fue allí donde permaneció hasta su cierre en 1982. Aun así fue la 2ª fábrica de Gaseosas más antigua de Ourense, solo superada en antigüedad por la de Camilo Camba en A Puente, que además era fábrica de hielo.

La maquinaria para la fabricación de gaseosas y sifones era alemana. En los comienzos fabricaba gaseosas en las famosas botellas de Boliche, de bola o de pito, llamadas así porque tenían una bolita de vidrio dentro que hacía de cierre cuando estaba llena debido al carbónico que contenía la bebida. Más tarde hicieron los sifones con y sin serigrafía en el casco, la gaseosa en botella de litro serigrafiada en blanco y azul y por último la gaseosa pequeña también serigrafiada. Aunque no lo parezca, la fabricación de gaseosas y sifones fue una profesión no exenta de riesgo, debido a la presión a la que se sometían los envases al inyectar el anhídrido carbónico, porque podían reventar y herir de gravedad al operario, de hecho Julio Torres Eiriz tiene en la cara la consabida cicatriz debida a una explosión del envase en el llenado. El reparto se hacía con un camión marca Chevrolet-4 que conducía Mª. Teresa Eiriz. En palabras de Luis Rivas Villanueva, Mª. Teresa Eiriz fue la primera mujer en conducir un vehículo mecánico en Ourense, haciendo el reparto diario por la ciudad y la ruta semanal por la carretera de Celanova hasta Loiro, cubriendo la zona de Piñor, Barbadás y A Valenzá, labor que combinaba con el lavado y relleno de botellas. En 1946 se hizo practicante y fue famosa por su generosidad, porque no cobraba los pinchazos a quien no tenía dinero para pagar, y en los últimos tiempos montó un almacén de frutas en la Plaza de Abastos.

Mª Teresa conocía a la perfección la mecánica de su Crevrolet-4, desmontaba el motor, arreglaba la caja de cambios y cambiaba las ruedas cuando era necesario. Estos recuerdos constituyen uno de los más entrañables episodios de la formación de este nuevo gran barrio ourensano de A Carballeira, cuyo verdadero nombre fue La Granja Agrícola Riestra.