Una lluvia tenue y machacona no dejó de mojar ayer la sede central de Pescanova. Una borrasca caprichosa no permitió que el sol se asomara para ver las primeras sonrisas en Chapela en más de un año. El tiempo no quiso celebrar, a fin de cuentas, que no habrá liquidación y que la compañía que fundó José Fernández López en 1960 haya conseguido oficiosamente la aprobación de su convenio de acreedores. Pero no importa; que llueva. "Ahora sí", proclamó su presidente, Juan Manuel Urgoiti, con la voz rasgada de tanto usarla en las últimas horas. "Estoy contento, contentísimo, Pescanova está salvada", dijo a preguntas de FARO. "He hablado con muchos trabajadores y estaban todos igual", dijo. La alegría no fue un invento para disimular el sufrimiento, como sostuvo Nietzsche. Fue un sentimiento "real después de un año malísimo y muy duro para toda la plantilla", sentenció el presidente del consejo.

"Valía la pena luchar", exclamaban desde Chapela, después de un año en concurso de acreedores y quince meses de tormento. Como publicó ayer FARO, el convenio de acreedores -que ahora lideran siete bancos- contaba el lunes por la noche con más del 60% de los apoyos. Ayer sumó más, pero habrá que esperar unos días para conocer el resultado oficial. Pescanova, en una nota difundida a los medios, incidió en que todavía no se ha hecho el escrutinio, aunque reconoce que el juez "confirmará la salida exitosa" del concurso de acreedores, el segundo más importante de la historia empresarial española. Fue a las 15:00 horas cuando el juez que instruye el concurso, Roberto de la Cruz, dio por concluido el plazo de adhesión al convenio, modificado a última hora por la banca a través de un anexo para suplir el rol de sponsors que iban asumir la cervecera Damm y el fondo Luxempart.

Un "gran día"

"La compañía ahora ya dispone de un convenio para empezar a trabajar con seguridad", zanjó Juan Manuel Urgoiti. Desde la compañía no se disimuló la satisfacción en ninguno de sus estamentos, de acuerdo a las fuentes consultadas por este diario. "Pescanova considera que es un gran día en su historia y el primer paso en una fase en la que continuará como una de las primeras multinacionales gallegas y referencia en el sector pesquero a nivel mundial", resaltó en la misma nota. La nueva compañía será necesariamente más pequeña y, a corto plazo, no está en disposición de volver a los niveles de facturación de 2011. La pérdida -casi segura- de Pesca Chile, Nova Guatemala o de la producción -por ahora inexistente- de rodaballo de Acuinova Portugal provocarán una disminución de su capacidad para generar beneficios.

La compañía ha querido "resaltar" el trabajo de todos los trabajadores del grupo -más de 10.000-, "que han demostrado una gran profesionalidad y dedicación en la compañía en los momentos difíciles que ha vivido". También ha querido trasladar su agradecimiento a los proveedores y clientes, el verdadero músculo de la compañía, que no han dejado que Pescanova dejase de llenar las cestas de la compra en todo el mundo. Por último, ha querido reconocer el "apoyo recibido" de las entidades financieras, que en junio concedieron -junto a la Xunta- una línea de crédito para que la compañía no dejara de funcionar y no ha cerrado el grifo de la financiación a sus filiales."Nuestro apoyo se seguirá produciendo en los próximos meses", dijo el consejero delegado del Banco Popular, Francisco Gómez. "Desde hace un año venimos diciendo que vamos a hacer todo lo posible para salvar la viabilidad de Pescanova", zanjó.

La alegría se queda en Chapela, llueva hoy o no llueva.