"No voy a pasar a la Historia como el presidente que permitió un referéndum ilegal en Cataluña", declaró, solemne, Mariano Rajoy, presidente del Gobierno. ¿Se pasa a la Historia por permitir un referéndum ilegal o ve más lejos y teme pasar a la Historia como el presidente que permitió la independencia de Cataluña? La Historia es la máxima expresión del ego que se conoce y Rajoy no quiere protagonizarla como sujeto pasivo del proactivo Artur Mas, presidente de la Generalitat de Catalunya.

Proactivo: "Una actitud en la que el sujeto u organización asume el pleno control de su conducta de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejoras, haciendo prevalecer la libertad de elección sobre las circunstancias del contexto".

No había visto la Historia hasta ahora, que la saca Rajoy en pasivo aunque la luce Mas en activo, la Historia, mayúscula expresión del ego. Mas quiere subir a la grupa del caballo de bronce de la Historia y hacerse una estatua ecuestre en condiciones, ni burro catalán, ni rocín albardón, sino un corcel de libertador con la crin en bandera y Rajoy no quiere levantar polvo con la espalda, el cuerpo en el suelo, el pie en el estribo, el caballo al galope.

Lo peor es que esté la Historia de por medio, ese ego colectivo, esa mentira oficial para escolares, dos historias enfrentándose, a ver quién tiene el caballo más grande, porque en la estatua ecuestre no están el militar ni el libertador, sino el centauro, y el hombre pone lo que hay de cintura para arriba y el caballo lo que pende de cintura para abajo. Se hubiera ahorrado mucho bronce si en vez de estatuas ecuestres hubiera estatuas de héroes arrechos con el tamaño y grosor de la verga elegido por ellos, para que pudiéramos troncharnos de risa. A Rajoy se le nota inapetente en general, pero hay que ver qué trempado va Mas en el proceso.