Avecilla avisa que en determinados asuntos, el vaso de la paciencia del montepío ya está a punto de rebosar. Y añade que la advertencia -parece- se la cursaron desde la Xunta al ministro de Exteriores, Margallo, ahora que estuvo aquí, y que es uno de los pocos que no tiene quemada hasta la trompa de Eustaquio. Se trata de que se la pase al Lord Mariano, que hace de fraile al que por un oído le entra y por otro le sale, pero que cuando le llegan quejas de Galicia, desconecta y aparenta dormir. Ojito.

De lo que se trata, añade el pájaro, es de reclamar que Madrid no interfiera en las gestiones de la Xunta allende los mares, que a veces se mete y la jiba. Y como Margallo es en principio el encargado de las embajadas, consulados ytalytal, dé órdenes para que dejen a los xunteiros que se encarguen, sea de lo de Pemex -que aún va para largo: cuando avecilla vuelva de viaje ya os contará más- o de otras gestiones. Y que en lo de Cuba, o si saliera algo en Venezuela, ni rechiste. Uyuyuy...

La cólera -que ya es más que cabreo- de Raxoi se orienta, como de costumbre, hacia el ministro Soria, que no solo se va a cargar las eólicas sino que lleva camino, en su condición de titular de Industria, de darle la extremaunción a la construcción naval. Sí, con la pugnetería del tax lease -aquello que se iba a arreglar porque el Gobierno del Pepé no se levantaría de la mesa hasta lograrlo, ¿recordáis?- que está toleando a patronal, sindicatos y los párrocos que dirigen las novenas. Jo.

Pero de esta tampoco se escaquea el amigo Cañete, que es como Elena Espinosa pero con barba. Incapaz de darle salida al asunto de las cuotas y precios lácteos, ahora tira la toalla en el asunto del atún, que la UE permite exportar a los tailandeses -conocidos por su respeto profundo a las especies marinas, terrestres y aéreas- en detrimento de la pesca gallega. Por eso hay quien quiere pedirle a Margallo que solicite del Lord Mariano un cambio de tómbola a la hora de asignar ministros a temas de Galicia. ¿No...?