El segundo periódico vigués, en el orden cronológico, es "La Oliva". Aportó pluralidad informativa a una población cada vez más diversa y jugó un papel determinante en vincular a Rosalía de Castro con Vigo. El libro "Cantares Gallegos" no se habría publicado hace hoy 150 años en la ciudad si no hubiera existido.

La pérdida de su colección, que deja en la oscuridad y al albur de interpretaciones nombres, datos, fechas y temas, y las circunstancias de los fundadores, han convertido este periódico en legendario.

Nace como rival de Faro de Vigo, que había aparecido tres años antes para impulsar el desarrollo de la ciudad y conseguir la llegada del ferrocarril. Pero la rivalidad es más sociológica que política, a diferencia de lo que ha venido acuñando la hermenéutica ideológica.

Cuando aparece "La Oliva", en 1856, José Elduayen todavía no había llegado a la vida del Faro, del que será su guía ideológico durante tres décadas, ni los hermanos Chao (Eduardo será ministro de Fomento) habían entrado en política en el bando contrario.

FV es en los primeros años defensor de los gobiernos isabelinos, frente al carlismo y, entre sus inspiradores, figura Joaquín Yáñez, que siendo alcalde en 1848 tuvo que exiliarse en Inglaterra por sus ideas liberales. Vuelto a casa, Yáñez defenderá al periódico, "en aquellos tiempos en que es perseguido y llevado a los Tribunales" (FV, 9-10-1890).

La aparición de "La Oliva" vitaliza el tono cultural de la ciudad al vincularla a personajes que no habrían llegado a Vigo sin su presencia. Es el caso del impresor, Juan Compañel, de Manuel Murguía y, en definitiva, de Rosalía de Castro.

En sus orígenes está Alejandro Chao, un ourensano -no podía ser de otro modo-, afincado en Vigo, que cuenta con la aportación de su cuñado, José Fernández, abogado y líder del progresismo vigués.

¿Cómo ocurrió esta conjunción de personalidades? Cuatro de ellos ya eran amigos: los Chao, Murguía y Compañel. Y es a éstos dos a quienes reclama Alejandro, en carta fechada en Vigo, el 31 de octubre de 1855, para iniciar la aventura del nuevo periódico, que aún no tiene nombre. Saldrá en febrero con el simbólico "La Oliva".

A Vigo sólo llega el impresor Juan Compañel. Murguía ha viajado a estudiar a Madrid, desde donde enviará gacetillas, artículos y folletines por entregas.

Prueba de que las polémicas con Faro eran constantes, es el comentario epistolar de Chao a Murguía. "Estoy aún esperando por la gacetilla contra El Faro que ya nos hizo falta por varias veces".

En abril de 1856, Rosalía se traslada a Madrid, acompañada de su madre, Teresa de Castro. Residen en casa de su pariente, Carmen Lugín, madre del novelista Pérez Lugín, autor de "La casa de la Troya".

Murguía la conoce meses más tarde, cuando la poetisa publica su opera prima "La flor", que comenta en una elogiosa crítica en "La Iberia". Según todas las versiones, es a través de los Chao - Eduardo está en Madrid -, amigos de la familia Castro, como llegan a relacionarse los que un año más tarde contraerán matrimonio.

Desde entonces, Rosalía entra a formar parte del contexto de "La Oliva", de la que Juan Compañel es el impresor, y por este tiempo, ya propietario.

Asentado en Vigo desde la salida de "La Oliva", asiste a su cierre en 1858, por razones políticas,pero saca a la calle "El Miño", y una década después, levantada la suspensión, nuevamente "La Oliva", en su segunda etapa. Cerrará definitivamente en 1873, año en que el impresor se traslada a Cuba, donde muere.

Juan Compañel es una figura clave en la creatividad rosaliana. "La hija del mar", su primera novela, y "Cantares Gallegos", obra primigenia del gallego literario, salen de su imprenta de la calle Real.

Ambos libros están dedicados a Manuel Murguía. Si "Cantares Gallegos" lleva fecha de 17 de mayo de 1863, es porque coincide con el trigésimo cumpleaños del historiador.

Pero la razón del viguismo rosaliano es la existencia de "La Oliva", el segundo periódico de la ciudad. Según Carré Aldao: "El primero de los periódicos regionales que más trabajó para elevar el nombre de Galicia".