Hay gente que cree que se pueden hacer muchas cosas (no hay nada imposible), y gente que cree que no se puede hacer ninguna (no hay nada que hacer). Aquella se muestra siempre voluntarista, y ésta hipercrítica. En tiempo de bonanza lleva la voz cantante el primer tipo de gente, y en tiempo de crisis el segundo. Eso, entre otras cosas, es lo que da lugar a que bonanza y crisis tiendan a profundizarse más allá de lo normal. Ahora estamos en la lógica de la crisis, y la voz cantante la lleva gente que tiene miedo a todo, piensa que no se puede hacer nada y critica a los que hacen o han hecho (para lo que nunca faltarán razones). Los dos tipos de gente son necesarios, pero en tiempo de bonanza hay que evitar dejarse arrastrar por los voluntaristas, que pueden llevarnos al estrelladero, y en tiempo de crisis hay que evitar que los negativistas marquen la pauta, pues no saldríamos del pozo.